ZARAGOZA | El Real Zaragoza logró ante el Granada un triunfo imprescindible, necesario a ojos de Víctor Fernández y de toda la afición. La victoria solo dejó lecturas positivas, innegables en La Romareda. Quizá la primera parta precisamente desde ese lugar: el Zaragoza recuperó el poder de su estadio, venció cuatro jornadas más tarde frente a su público y lo hizo ante un candidato al playoff como el Granada de Escribá.
Los secretos del triunfo se descubrieron pronto. El golpe, por primera vez en 7 encuentros de liga, lo dio el Real Zaragoza. En ese lugar estuvo Iván Azón, que jugó su mejor partido de siempre. Una muestra de la confianza llegó precisamente en su primer gol. Agobiado en el inicio del curso en el remate, tuvo tranquilidad, se tomó un café en el área y resolvió suave a la red. Resumir su partido solo con los goles puede parecer injusto: Azón lo hizo todo bien en el partido. Aglutinó el juego, ganó duelos, sacó partido de los choques y estuvo especialmente preciso en las acciones técnicas.
Azón no solo ha encontrado el mejor punto de forma de toda su carrera, sino a un socio ideal para su juego. Samed Bazdar entiende su desmarque y además de talento para el regate, tiene magia en el último pase. Su veneno se vierte en pequeñas dosis. Sin estar especialmente inspirado ni tener una gran continuidad en el juego, firmó dos asistencias y dejó algunos detalles que solo están a su alcance. Mejoró el Zaragoza en el plano colectivo, defendió junto y acudió a la presión de una forma agresiva y coordinada. Fue un equipo con todas las letras. Y actuó como una unidad.
En el plan del grupo y en una victoria colectiva, resulta complicado no destacar a muchas piezas individuales. Marcos Luna e Iván Calero hicieron suyas las bandas, cada uno a su manera. Luna mostró su exuberancia física, Calero un fútbol regular y aplicado en las vigilancias. Marc Aguado y Francho Serrano superaron con nota el test de compatibilidad. Aguado fue una llave maestra y Francho un ciempiés. Y el uno llegó exactamente dónde no había llegado el otro. También Aketxe pareció entonado, en el camino correcto: estuvo fino en los contactos y disparó sin pedir permiso.
El Real Zaragoza cambió la tendencia ante el Granada, Víctor Fernández le venció al runrún y completó una semana especial, llena de victorias. La del sábado tuvo un valor especial: el Zaragoza sumó ante el Granada tres puntos de inflexión.