Hace ya mucho tiempo que en estas líneas enterré definitivamente al fantasma del descenso, y como buen aragonés, terco y obstinado, no pienso resucitarlo. De hecho, la llegada de Víctor hirió de muerte a un personaje alimentado con fuerza desde el inicio de temporada por los responsables deportivos del club: primero, con una plantilla sin pies ni cabeza, y, después, con decisiones erróneas como el fichaje de Lucas Alcaraz. Igual el fantasma tiene todavía un hilo de vida, pero no quiero ni pensarlo.
Lo cierto es que la derrota del domingo contra el Alcorcón vuelve a dejar al Real Zaragoza en una delicada situación, al menos en lo numérico, con la zona de descenso a solo dos puntos. Pero el análisis tiene que ir más allá de los fríos dígitos, el juego del equipo no fue malo durante una hora de partido, ni mucho menos, contando con varias ocasiones clarísimas de gol que una vez más acabaron en el limbo. Ahí radica uno de los males del Real Zaragoza, en su nula puntería en el remate. No es de recibo que futbolistas profesionales tengan tantas dificultades para encontrar el camino a la portería rival. Otro mal del equipo, de sobras analizado durante todo el curso, es su fragilidad defensiva. Con Verdasca y Alex Muñoz la estructura se resquebraja, los fallos se multiplican y Cristian es una diana fácil para el rival. El Alcorcón aprovechó sendos regalos para, en la figura de Juan Muñoz, otro ex que se reivindica, matar un partido que merece más profundidad de análisis que el resultado final.
Futuro próximo
El futuro próximo del Real Zaragoza pasa por el no partido contra el Reus que dejará tres puntos en el casillero, habrá que ver entonces qué hacen los rivales directos en una jornada en la que, sobre el papel, tienen enfrentamientos complicados… aunque en esta Segunda División hacer pronósticos es misión imposible. Con los tres puntos del Reus en el casillero, el equipo de Víctor tiene dos citas en el calendario marcadas en negrita, las visitas al Córdoba y al Extremadura, dos partidos en los que tiene y debe cerrar una temporada para olvidar, una campaña en la que solo nos podremos llevar a la boca el regreso del técnico y la irrupción de Soro, Biel y Carlos Nieto. Restan dos meses de competición y, como aseguró Víctor Fernández, caer ahora en la autodestrucción sería el mayor error en un momento así. El camino es otro, el de la unidad, el apoyo y la paciencia, que ya habrá tiempo al acabar la liga para señalar a los responsables, que tienen nombre y apellidos desde hace tiempo.