En el Real Zaragoza, ya no hay margen para el error. A falta de seis jornadas para el final de LaLiga Hypermotion, el equipo blanquillo se juega su permanencia en Segunda División. Y el partido de este domingo, nada menos que un derbi aragonés ante la SD Huesca, puede marcar un antes y un después en su destino. Sergio Sánchez ‘Sans’, uno de los jugadores más vinculados al club, ha alzado la voz en la previa con un mensaje claro: “Vamos a ir a cada duelo a muerte porque sabemos lo que representa este partido para la ciudad”.
Un derbi que se vive desde dentro
Sans representa el alma del zaragocismo. Crecido en la cantera, el centrocampista entiende mejor que nadie el peso emocional de un partido como este: “La gente de la casa lo sentimos mucho. Es un derbi, sabemos lo que significa y queremos ganarlo por nosotros y por la afición”, subrayó.
Recuerda incluso su etapa como aficionado, cuando subía a La Romareda solo para sentir el ambiente desde la grada: “Ese ambiente es un chute de energía para cualquier jugador. Es increíble entrar al campo y ver a tu gente animando, luchando por lo mismo que tú”, dijo.
El Zaragoza, en una situación límite
La situación clasificatoria no es fácil: el Real Zaragoza coquetea con el descenso y podría llegar al derbi incluso dentro de los puestos fatídicos. Pero Sans, lejos de bajar los brazos, transmite convicción: “Sabemos que no estamos donde deberíamos, pero el equipo está con ganas. Entrenamos bien, nos dejamos todo y estoy seguro de que le vamos a dar la vuelta a esto”, aseguró.
El derbi se convierte, por tanto, en una oportunidad de redención colectiva. Una victoria serviría para romper la dinámica, acercarse a la permanencia y devolver algo de fe a una afición golpeada, pero que no ha dejado de apoyar.
La Romareda, clave para la salvación
El jugador quiso hacer un llamamiento directo a la grada: “Les pedimos que sean ellos mismos, que nos ayuden. En La Romareda son el jugador número 12 y tienen que darnos la victoria”, afirmó.
La conexión entre equipo y afición será fundamental en un partido que se anticipa tenso, vibrante y cargado de simbolismo. Para muchos, será el derbi más importante de los últimos años por lo mucho que hay en juego, tanto en lo deportivo como en lo emocional.
El compromiso, por delante
Sans dejó clara una cosa: no faltará actitud. “Cada partido lo jugamos como si fuera el último. Vamos a ir a muerte en cada duelo, porque este partido lo sentimos y sabemos lo que significa para todos”, concluyó.
Con todo por decidir, con el orgullo herido y con la salvación en juego, el Real Zaragoza se aferra a su historia, a su escudo y a su gente. Y este domingo, ante un rival especial, el corazón zaragocista latirá más fuerte que nunca.