El Real Zaragoza perdió su mejor racha de la temporada en el centro del campo. En el punto exacto en el que JIM dijo que podía ganarse el encuentro en Cartagena. Eligió la veteranía y el Zaragoza se quedó corto de piernas y de recursos. A Zapater le pesó, en una lectura amable, su inactividad. Petrovic se desquició primero y se desvaneció después. Su lesión fue aparatosa y poco común en el fútbol profesional. Propia de un jugador morfológicamente extraño, que encajaría también en otra disciplina. Su dolencia lumbar le apartará de los partidos en las próximas semanas. Su ausencia, unida a las bajas de Francho Serrano y Jaume Grau proyecta un solar sobre la media.
La opción conservadora
A JIM se le plantean dos opciones fundamentales. En la primera, apostaría por la regularidad y la experiencia. En ese encaje el técnico valoró el experimento de Lluís López como mediocampista posicional, aunque la ausencia de Francés le sitúa de vuelta en la zaga. Para la media ganan enteros las opciones de Zapater o Vada. Sería una apuesta conservadora, hecha a la medida del técnico. Eugeni, liberado, ocuparía la zona del enganche, el lugar sobre el que inventa las mejores soluciones. Quizá en ese abanico más continuista se abre la opción de colocar a Carlos Nieto como falso interior o cambiar el dibujo para articular un doble lateral. Y la segunda opción y también la más alejada en el guión de JIM sería una apuesta valiente por la cantera.
El Real Zaragoza y las soluciones de cantera
Isaiah Navarro ha entrado en las últimas convocatorias pero de momento solo ha calentado en la banda. El suyo es un perfil físico, que ofrece garantías a través de la disputa. Tiene recorrido, inteligencia para el repliegue y soltura para aportar en el fútbol posicional. Iván Castillo también es otra de las opciones que parten desde la Ciudad Deportiva. Fue parte de una quinta ganadora, en la que coincidió con Francho Serrano, Alejandro Francés, Iván Azón, Miguel Puche o Ángel López. Ha acudido a varias convocatorias pero se ha quedado en todas ellas a un dedo de debutar con el primer equipo. Siempre fue un jugador de ida y vuelta, hábil en la conducción y con capacidad para pisar el área. Hay quien sospecha que su progresión se ha paralizado en el paso previo al fútbol profesional, quizá porque se ha cansado de vivir en la sala de espera.
Alberto Vaquero es una de las grandes ilusiones de la cantera. Su juego, elegante y vistoso, le ha hecho ser habitual en los entrenamientos del primer equipo. Y le ha permitido destacar en las últimas victorias del filial, precisamente en su racha más feliz de la temporada. Medias bajas, piernas largas y un fútbol sutil y sin borrones. Su zurda cumple uno de los principios más deseados: suele elegir la opción que pide la jugada.
A esas propuestas de cantera se suman otras menos previstas: Mario Benedet o Pablo Cortés. Benedet piensa en el gol y propone soluciones desde segunda línea. Pablo Cortés deslumbró en pretemporada, pero JIM le ha negado hasta el momento su primera tentativa. Es uno de esos enganches que se acuestan en una banda, un zurdo que actúa en la derecha. Tiene regate, un punto de magia sobre una baldosa e instinto para marcar los goles y la diferencia.
JIM medita una nueva solución a su rompecabezas. Echará en falta la lectura táctica de Petrovic, el recorrido infatigable de Francho Serrano o la aparición de Grau. Frente al Amorebieta no le queda otra opción que buscar soluciones desconocidas.
En esa coyuntura, es probable que elija de nuevo a la experiencia. Mientras tanto, en la cantera aparecen nuevos atajos para salir del mismo laberinto.