ZARAGOZA | El Real Zaragoza se mide al Sporting de Gijón en uno de esos partidos que pertenecen a otra categoría. O quizá a otro tiempo. O a las dos cosas. Zaragoza y Sporting acumulan 100 temporadas en Primera División, pero ahora entre los dos suman 18 campañas lejos de la élite.
El presente les aleja de un pasado en el que hubo más gloria que llantos, más intentos que frustraciones. Pero como el deporte devora todos los recuerdos, hoy se medirán en otro lunes de fútbol. El sintagma es casi un oxímoron, pues el lunes nunca debería ser un día de partido, pero hace tiempo que el negocio le ganó la partida al juego.
En el césped, el Zaragoza probará también las apuestas que hizo en su mercado. Raúl Guti y Akim Zedadka acompañaron a Badía que, a la espera de Cristian, se ha asentado en la portería. Son las novedades de un equipo que ha dejado de perder, pero que no gana demasiado. Si lo hizo en su último duelo en La Romareda y ante el Sporting, Velázquez quiere que su equipo se parezca más al que fue capaz de anular al líder que al que esperó su momento ante el Andorra.
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— Real Zaragoza 🦁 (@RealZaragoza) February 3, 2024
A La Romareda llega un Sporting ambicioso, hecho a la medida de un técnico moderno y preparado como Miguel Ángel Ramirez. El equipo asturiano pierde a una de sus grandes referencias en el curso, Miguel Campuzano, pero en su plantilla hay un amplio abanico, un fútbol que se juega sin complejos. Entre sus opciones, ninguna parece tan especial como la de Haissem Hassan, el mejor regateador de la categoría. En el otro perfil pueden alternan Gaspar Campos o Dani Queipo, mientras en la media Cristian Rivera, Maikel Mesa o Nacho Méndez dirigen la orquesta. Arriba, sin Campuzano, se espera también el regreso de Uros Djurjevic.
En el Zaragoza, Julio Velázquez ha conseguido imponer su sistema pero no una idea. El equipo se confunde, sin saber exactamente cuál es el plan para los partidos. Se agrupa, se aplica y se contrae, pero nunca se desata. Más empeñado en no encajar que en buscar el gol o los partidos. Así avanza en pasos cortos el equipo de Velázquez, a la espera de un salto definitivo.
Quizá el duelo ante el Sporting pueda ser una prueba fronteriza. Sin mercados ni fichajes imposibles, el Zaragoza ya sabe que su triunfo no depende de nadie que no esté, que su suerte ya está echada. Buscará mantener una racha firme ante el Sporting y una victoria de prestigio ante uno de los aspirantes. Lo hará en un día inoportuno, en un partido con historia y que puede marcar tendencia en la temporada. Si los empates siempre fueron el resultado más engañoso de este juego, conviene volver a ganar en La Romareda. El Real Zaragoza alcanza, ya con Guti en sus filas, la primera hora de la verdad.