No siempre se ve a un Zaragoza tan aguerrido y peleón como el que se vio la noche del pasado sábado en La Romareda ante el Girona. Un equipo capaz de todo: de lo mejor y de lo peor. Lo mejor fue esa capacidad de reacción que demostraron los de Víctor Fernández, al verse por detrás en el marcador, con un 2 a 0 a la media hora del partido, y sin embargo ser capaces de remontar. Lo peor vuelve a estar en la defensa. En errores de concentración y fallos infantiles, como la mano de Guitián en el penalti del 3 a 3, que acaban costando puntos. Demasiado puntos ya a estas alturas de la temporada.
El Real Zaragoza comenzó jugando ante el Girona con un claro 4-4-2. Ros dejó su puesto a Soro en el centro del campo zaragocista, buscando Víctor Fernández un once más incisivo y con mayor combinación para ir a por el partido en casa desde el minuto 1. Puado actuó de nuevo, en su debut en La Romareda, como pareja de Suárez. Una dupla atacante que demostró ante el Girona que tiene muchas alegrías que dar a la afición zaragocista.
En apenas 7 minutos, entre el minuto 20 y el 27, el Real Zaragoza se vio por detrás en el marcador ante un equipo potente que cuenta entre sus filas con el máximo goleador de la categoría, Stuani. El segundo gol del Girona llegó además tras una pérdida de balón de Eguaras que pudo estar provocada por una falta del propio Stuani. Lo reclamó buena parte de la afición zaragocista, pero el colegiado no lo consideró así.
Con un 0 a 2, y teniendo en cuenta los precedentes del Real Zaragoza, lo más normal podía haber sido venirse abajo, dejar de producir fútbol y esperar a que el reloj avanzase hasta el final de los 90 minutos. Nada de eso. Con Suárez en el campo y de la mano de Puado, este Real Zaragoza tiene carácter para remontarle un 0 a 2 al Girona y para mucho más.
Suárez le gana la batalla de goleadores a Stuani
El colombiano empujó al equipo, con buenas asociaciones con el propio Puado y con Soro, y sobre todo con una entrega que le hace no dar ni un balón por perdido. De esa forma fue como forzó el error defensivo del Girona, entre Ramalho y su portero, que supuso el 1 a 2. El Real Zaragoza estaba vivo al descanso. Incluso Soro rozó el empate a 2 antes de que el árbitro decretase el paso por la caseta.
Los segundos 45 minutos comenzaron con un Zaragoza que buscaba el empate. Eguaras realizó buenas conexiones y Delmás y Nieto se involucraron en ataque por bandas. Un centro raso de Soro derivó en un excelente taconazo de Puado que hizo el 2 a 2 en una definición de gran calidad. Los blanquillos habían superado las adversidades y el encuentro estaba de nuevo en su punto de partida. Guti y Suárez se volcaron en ataque con las mejores ocasiones en jugada para los zaragocistas. La grada vibraba con su equipo y animaba para lograr la remontada.
El VAR decide el Zaragoza – Girona desde el punto de penalti
A partir de aquí, el VAR fue decisivo para unos y otros. Primero ayudó a que el colegiado señalase el penalti del 3 a 2 a favor del Real Zaragoza. Víctor Fernández no quiso mirar y dejó la responsabilidad de decidir quién lanzaba el penalti a sus jugadores. ¿Eguaras o Suárez? El colombiano no se lo pensó, marcó el 3 a 2 y culminó la remontada (momentánea) de los blanquillos. Un gol que le da confianza desde el punto de penalti y que le deja un poco más cerca de Stuani en la pelea por el pichichi.
Precisamente, Stuani fue quien hizo el 3 a 3 también ejecutando una pena máxima. Ortiz Arias, de nuevo, no vio la jugada en cuestión, esta vez una mano de Guitián. El VAR le dio un nuevo toque de atención y acabó señalando penalti a favor del Girona. Ratón no pudo detener el potente lanzamiento de Stuani que firmaba el definitivo 3 a 3.
Un resultado, para muchos, insuficiente. La remontada se quedó a medio camino, resultó finalmente infructuosa, pero sirvió para que el Real Zaragoza se demostrase a si mismo y a su afición que es capaz de competir ante cualquiera. Y ahora, con Suárez y Puado juntos, todavía más.