Era un secreto a voces, el final del mercado del Real Zaragoza iba a ser más movido que el de los últimos años. El club aragonés actuó como todos lo hemos hecho alguna vez en nuestra vida: dejando todo para el final. Acabando los deberes antes de que entre la profesora por la puerta de la clase.
Al zaragocismo se le vendió desde las redes sociales un lema que bien podría ser contraproducente para los intereses del Real Zaragoza. #LoMejorEstáPorVenir. Cinco palabras. Suficiente para cargar cada una de ellas de una ilusión y optimismo que caló en algún sector de la parroquia zaragocista como si de un dogma religioso se tratase.
Las renovaciones: el club iba en serio
Los primeros movimientos del club de la capital del Ebro fue la de renovar a uno de los futbolistas con mayor proyección del equipo: Francho Serrano. Era una tarea pendiente, bien encaminada, pero no por ello poco complicada. De hecho, hemos sabido hoy que la Primera División tocó a las puertas de todos los renovados.
Jorge Mas se vistió de defensor de la cantera en sus primeras declaraciones en La Romareda. Dicho y hecho. El 10 de junio Francho estampaba su firma en su nuevo contrato.
¿Iván Azón? No se habría entendido una no hipotética ampliación de contrato después de haberle dejado sin el “9” el año pasado. El delantero fue un oasis en medio del desierto. El único clavo al que agarrarse en una parcela tan pobre como fue la ofensiva. A sus 19 años, se echó el equipo a las espaldas y aportó goles y garra. Mucha garra. La Romareda ya espera su vuelta.
Y cuando el mercado cerraba sus puertas y se esperaba un movimiento de última hora, Puche se encargó de reafirmar la renovación de otro de los jugadores de la casa. Con la Romareda bajo sus brazos, el joven futbolista firmaba su primer contrato profesional y se metía de lleno en dinámica del primer equipo. Se espera mucho de él.
Todo esto, mientras se concreta la renovación de Alejandro Francés, que ya dejaba caer en la presentación de la tomate que estaba más que hecho. Su guiño lo delataba.
Jair y Bermejo deberían ser los siguientes. El primero rinde con creces en lo defensivo, Y el segundo cada vez está mas suelto agitando la zona de tres cuartos. Se gustaría más como mediapunta que tirado en banda. Así lo demostró en la primera parte contra el Lugo. Fue de lo más destacado.
Mucha sinergia, poco mercado
Era más que conocido que el Real Zaragoza se iba a aprovechar del conglomerado de clubes al que ahora pertenece. Lo que igual no se intuía era que hasta prácticamente el último día de mercado, la sinergia era e iba a ser el instrumento por excelencia que la dirección deportiva iba a utilizar.
Las famosas sinergias provocaron la llegada de tres futbolistas que llevaban sonando días. A Simeone, del Atlético de Madrid, se le presentó como punta. Ya estuvo cerca de llegar el invierno pasado. Mollejo, también del Atleti, quizá haya sido el futbolista de más calidad que haya llegado a Zaragoza. Con tan solo 21 años ya había sido importante en Tenerife y en el Deportivo, sumando muchos minutos en ambos destinos y disputando los play offs del año pasado en el conjunto tinerfeño.
A estos dos nombres se le sumó un tercero, Jairo Quinteros, el central que nunca llegaba. Rescindió contrato con el Inter de Miami de Mas e hizo las maletas para aterrizar en Zaragoza. La espera se hizo eterna, pero al final llegó para actuar -a priori- como tercer o cuarto central.
Manu Molina llegó como el alumno aventajado de Carcedo. El ex del Ibiza demostró galones y buen pie en el conjunto balear, y comenzó sus primeros minutos como zaragocista acompañando a un más que asentado Jaume Grau.
Sobre el papel, los demás llegaron sin sinergias de por medio. Quién sabe si tuvo algo que ver Joseph Oughourlian, presidente de Millonarios de Colombia, en la adquisición del desconocido Gabriel Fuentes. También de la liga colombiana. Más claro ha estado el movimiento de Gueye, al que el grupo inversor compró para que recalase esta temporada en el Real Zaragoza.
No nos olvidemos de Rebollo. Firmado de rebote tras la polémica con Gaizka Campos. El guardameta hará competencia a Cristian a partir de la temporada que viene.
Las salidas, a medias
La operación salida estaba clara. El Real Zaragoza tenía exceso de fichas. Vuckic se marchó, James siguió en Columbus, y Ángel López fue directo al Calahorra en busca de unos minutos que ya se le podían haber dado la campaña anterior. Carbonell participó de manera muy breve en la pretemporada para salir cedido rumbo a Teruel.
Lo que parecía un movimiento imposible, se convirtió en realidad. Sabin Merino, la “solución” a los problemas del gol del Real Zaragoza, volaba a principios de verano a México, liberando una importante cifra en el límite salarial que daba algo de oxígeno a la hora de fichar.
Los planes del equipo iban a estar condicionados por este límite, el cual se intentó aligerar con las salidas de Bikoro o Buyla, sin apenas efecto en el mismo. Para poder inscribir a los recién llegados, el Real Zaragoza necesitaba la salida de dos jugadores: Petrovic; que no ha podido encontrar un equipo capaz de pagar su ficha, y Narváez; al que se le presentó la oportunidad de su vida gracias al Pucela, y puso rumbo a primera.
A priori ninguna de todas estas salidas fue dolorosa… Hasta que llegó la de Chavarría. Pese que sí que es cierto que el club no estaba obligado a vender, el futbolista ex del Olot forzó -como es lógico- su salida del club maño en cuanto se le presentó la oportunidad de debutar en LaLiga de la mano del Rayo Vallecano. Era cuestión de tiempo. El catalán no quería renovar, y el club prefirió sumar tres millones (divididos en dos temporadas) a sus arcas, que no recibir nada teniéndolo un año más en la plantilla.
Apuestas arriesgadas
El Real Zaragoza ha apostado todo a confiar en que sus apuestas caigan de pie en el club. Simeone ya lo ha hecho, pero cuidado no lo haga Gueye, la única alternativa pura a Iván en la punta. Pese al ritmo que le metió al mercado el club al principio, la dirección deportiva pareció paralizarse a mitad del verano. Y esta tardanza ha provocado que los últimos movimientos se hayan realizado deprisa y corriendo, y que aún haya tareas pendientes. La primera, la salida de Lasure. El lateral tiene opciones de salir cedido al extranjero a una de las ligas que todavía no haya cerrado su particular mercado de fichajes. Y la segunda pero menos probable, la incorporación de un extremo capaz de aumentar la calidad y peligrosidad del ataque zaragocista. Prácticamente nulo en estos primeros cuatro partidos de Carcedo.
La base del equipo prácticamente es la misma, y aunque los fichajes no sean del nivel esperado a principio de temporada, la afición espera que al menos igualen el nivel de los que ya no visten la blanquilla.