El Huesca saca un empate contra el Barça y la sensación de que se ha perdido una ocasión única para ganar al líder y sumar tres puntos que hubieran sido puro caviar. Se negará de forma taxativa que fuera por desprecio, también por falta de modestia e incluso de soberbia la alineación que presentó Valverde. No hay que ponerse exquisitos y sí prácticos. El Barça tiene a la vuelta de la esquina un partido clave en la Copa de Europa y para un grande esa es la competición que te viste de oro en la historia. Además, la Liga la tiene ganada salvo debacle así que muy posiblemente el extremeño pensó que con un ramillete de canteranos, aderezado con tres jugadores de primera línea más otros tantos en el banquillo le bastaría para doblegar al colista. Pues no.
El Huesca se acaba de llevar un empate y en la historia quedará que en su año iniciático en Primera hizo tablas en El Alcoraz contra el Barça de Messi, Piqué, Rakitic y compañía aunque no estuvieran en El Alcoraz, bien por tarjetas o por descanso. El titular de la hemeroteca será así. Qué se le va a hacer. Tantas veces se disfraza la realidad que por una más no pasa nada. El problema es que el empate vale de poco cuando la exigencia es la de ganar.
Francisco se fue a por el partido. Dejó su tradicional dibujo y propuso cuatro defensas –regresó Miramón tras su lesión-, metió la medular con Juanpi, Rivera y Moi y vistió por delante de ellos al ‘Chimy’, Enric y Ferreiro. Cuando empatar es (casi) lo mismo que perder a estas alturas del calendario no queda otra que ir a por el partido. Hubo minutos que el nombre del Barça pesó. Demasiados. Se le dejaron metros antes de que pisaran territorio altoaragonés. Dio la sensación de que no salió con el empaque necesario para presentar batalla desde el minuto uno.
Y además, el Barça se creció en cada pequeña historia del encuentro. Sacudió Boateng a Galán, luego a Pulido y Wague –muy eléctrico por la banda de Galán- hizo lo propio con Ferreiro. El problema es que no lo vio quien debía juzgarlo. La vida sigue igual, que canta Julio Iglesias. La grada reclamó en el 51 un penalti de Ter Stegen a Enric y ni se acercó al VAR. Como en el 87, cuando Chimy entró en el área y cayó en la pugna con Wague.
A falta de juego coral, el Barça tiró de la calidad individual y Santamaría sacó dos bolas de oro en el 16. Una a Dembélé y otra a Umtiti. Tres minutos después, El Alcoraz gritó el ‘Chimy quédate’, que el argentino agradeció. Como al ser cambiado. El partido bajó enteros. Se sujetó por la necesidad. Es lo que ocurre cuando el juego aparece con cuentagotas.
Alba y Coutinho a escena
El Barça apretó más en la segunda parte. Avisó tras fallos del Huesca que se complicó la vida en exceso y el palo derecho de Santamaría repelió un disparo de Malcom. Los de Francisco necesitaban de un tiempo muerto. De reasentarse sobre el campo y de mandar también algún susto al rival que empezó a gustarse. Francisco sacó a Juanpi y puso a Melero sobre el prado. Valverde metió en el campo a Jordi Alba y Coutinho con lo que ganó en mordiente y puso más dinamita sobre el campo.
Se estiró el Huesca para buscar el gol salvador, el que le diera los tres puntos en juego. Pero fueron zarpazos sin garras, romos, ante un Barça que hilvanaba peligro cada vez que una jugada del Huesca no terminaba. Montan contras en un plis plas, y pasan de costa a costa rápidos, pero sin mordiente. Sin Messi, Rakitic, Busquets y demás compañía no es la misma cosa.
FICHA TÉCNICA
SD Huesca: Santamaría; Miramón, Etxeita, Pulido, Javi Galán; Juanpi (Melero 59′), Rivera, Moi; ‘Chimy’ Ávila (Gallar 87′), Enric Gállego, Ferreiro (Cucho Hernández 70′).
FC Barcelona: Ter Stegen; Umtiti, Murillo, Todibo, Wague; Puig (Alba 66′), Vidal, Aleñá (Arthur 80′); Dembelé (Coutinho 66′), Boateng, Malcom.
Goles:
Árbitro: Cuadra Fernández. Amarillas a Todibo 41’, Wague 90′ y Pulido 90+1′
Incidencias: partido disputado en El Alcoraz con la presencia de 7.332 aficionados en las gradas. Homenaje a Miguel Avellanas al que el presidente Lasaosa le entregó una placa al igual que Juanjo Camacho.