Míchel se perfila como un gran jugador de póker. No hay forma de intuir su once de inicio. Puedes aproximarte, pero nada hay seguro. Su discurso de que todos sus hombres son importantes y que todos tienen capacidad para entrar en la convocatoria lo refrenda en cada partido. Contra el Cádiz ha remodelado su sala de máquinas. Quien parecía intocable, Mosquera, salió de la alineación titular. Ni que decir tiene que consigue tener a la tropa motivada al cien por cien. Además administra cansancios en una Segunda que siempre es eterna. Eso sí, el equipo lo notó y volvió a acusar su falta de gol, tanto, como su sufrimiento cuando carece del cuero.
Contra el Cádiz, un equipo con una filosofía de juego marcada desde hace varias temporadas por Cervera aunque cambie de jugadores, Míchel apostó por meter más velocidad desde los extremos. Y la manija para Rico y Eugeni. Por delante Okazaki del que siempre se espera un desmarque de calidad, una jugada de seda. Con balón, bien; en el repliegue tuvo más de un susto. Es un equipo construido con la pelota. Sin ella se deprime.
El Huesca apareció en la casa del líder y la posibilidad era salir como llegó, recortar la diferencia o quedarse a siete con otro candidato en cerrar la temporada lo más alto posible. Los gaditanos cuentan con serias opciones al ascenso. Como el Huesca. Pero quizá tengan un punto más de rodaje por aquello de que lleva ya cinco campañas con el mismo entrenador. Tiene claro que el balón es del otro y que lo suyo es montar contras como si no hubiera un mañana. Bien armado atrás, cerrando los huecos, dejó el balón al Huesca al que le presionó y perdió alguno peligrosos. Pero cuando tarda en robar se deshilacha, el rival empieza a encontrar substancia y el líder parece menos líder.
Con una amarilla Luisinho, hubo una jugada confusa con Alejo. Flotó la expulsión del defensa del Huesca. Se quedó en nada con la sensación de que los gaditanos iban a ir a buscar al luso. El Huesca hizo ataques eternos para buscar un hueco por donde colarse. Su control era absoluto. Rico falló una ocasión de oro. Llegó solo en la frontal del área, la quiso ajustar tanto que se fue por la cepa derecha de Cifuentes. La jugada se armó gracias al toque y el desequilibrio del Cádiz en las marcas que cada vez iba dejando más espacios. Fue un espejismo.
Los de Míchel dominaron, pero sin hilvanar peligro claro salvo la de Rico. Y de un exceso de confianza del vasco en el límite del área grande en el 45 provocando una falta sobre Lozano pudo llegar el gol del Cádiz. Quedó en nada, pero el susto en mucho.
El segundo acto arrancó como un calco del primero; dominio del Huesca y el Cádiz a la espera de cazar una contra de lujo. Y así fue. Alejo -un incordio tremendo- la pilló, le puso un balón a Lozano al que nadie le cogió en su galopada y batió por la izquierda a Álvaro. Míchel sacó del campo a Eugeni por Cristo y con dos delanteros buscar el empate frente a un Cádiz que metió a un delantero como Mesa para frenar la alegría de los de Míchel en ataque.
El paso de los minutos dejó a un Huesca donde empezó a buscar soluciones individuales ante un Cádiz que tenía el partido en el punto donde quería: cerradito atrás, listo para armar una contra y con el rival que empezaba a buscar soluciones individuales. Sin dominar mandaba en el marcador. Y el Huesca cumplía aquello de no remontar un marcador en contra.
Cada pérdida del Huesca, el Cádiz gozó de oportunidades para ampliar el entrenador. El segundo de los gaditanos estuvo más cerca que el primero de los de Míchel. El Huesca atosigó, presionó, pero siempre le faltó un último pase, un remate o más lanzamiento para probar a Cifuentes.
FICHA TÉCNICA
Cádiz CF: Cifuentes; Iza, Cali, Fali, Espino; Bodajer (Mesa 64′), Garrido; Salvi, Sánchez, Alejo (Perea 68′); Lozano (Josémari 72`).
SD Huesca: Álvaro; Luisinho, Pulido, Sá, Pero López; Rico (Mosquera 69′), Juan Carlos; Galán (Ivy 71′), Eugeni (Cristo 61′), Sergio Gómez; Okazaki.
Goles: 1-0 min. 54 Lozano.
Árbitro: Iglesias Villanueva. Amarilla Luisinho 26’, Juan Carlos 38’.
Incidencias: estadio Ramón de Carranza con 15.099 en las gradas.