La losa del 4-0 de la ida era tan pesada que la vuelta de los Dieciseisavos de la Copa del Rey era una cuestión menor. Todo estaba decidido. La Liga es lo que importa. A unos y a otros. Vizcaínos y altoaragoneses viven al fondo de la clasificación por lo que comparten urgencias. Novato y veterano en Primera al menos en eso se dan la mano. Y en partidos así, buena parte de las segundas unidades de los equipos suelen ser las que entran en juego. Entra eso de agradar al entrenador, de reivindicaciones y un largo etcétera de tópicos. Quizá más ajustado entre los vascos por aquello de que el Toto Berizzo tuvo que hacer las maletas y Garitano es ahora el comandante en jefe del vestuario vasco.
El Huesca saltó al prado de El Alcoraz con la misma estructura, pero con distintos jugadores. Francisco puso en la banda derecha a Almerge y por la izquierda a Brezancic sin que en esta ocasión estuviera Williams en el once inicial, protagonista de la ida en San Mamés donde quedó resuelta la eliminatoria. Melero apareció al mando con la incógnita que siempre deja una lesión de pubis y con aquello de que flota en el ambiente de que Rivera le ha podido coger el sitio.
El Athletic empezó a cargar el peso por la banda del canterano. Beñat buscó la puerta desde el córner y Córdoba se abrió siempre para ganar el espacio. El Athletic armó cómodo su juego. Longo no presionaba y el partido derivó en un castañazo sin ocasiones y caliente en los duelos de Musto con Raúl García. De una indecisión de Werner que salió a la nada llegó el gol del Athletic. Aduriz recibió un balón de Iñigo Martínez y la tocó suavemente por encima del portero. Igual era injusto, pero hace ya tiempo que eso del fútbol y la justicia se aparcó por los detalles. Aquello de que el más listo, el que aprovecha la ocasión es quien madruga el resultado.
Francisco puso sobre el césped a Aguilera por Musto en la apertura del segundo acto que arrancó con el Athletic mandando y con el Huesca presionándole más. Con Melero unos metros por delante de Sastre y Aguilera pareció el Huesca con más empaque ante un Athletic que le esperó agazapado para pillar una contra buena. Y de la nada llegó el segundo gol. Una bola mordida que toca un defensa del Huesca, Werner no se da cuenta –al que desde entonces le cayó una tormenta de silbidos desde la grada cada vez que tocó el balón– y gol de Aduriz que remató como para perder tiempo. Surrealismo puro.
Con todo más que decidido, el árbitro también opositó a su cuota de poder. Siempre se posicionó contra Longo o a favor de Raúl García y en un más que posible penalti a ‘Chimy’ con el 0-2 lo obvió con la suficiencia de quien sabe que tiene el poder. En el ’77, sí lo pitó en un barullo en el área vizcaína y la grada pidió que fuera Camacho quien lo ejecutara. Y falló. Lo tiró fuera a la izquierda de Unai Simón. Ya se sabe aquello de que las desgracias nunca viajan solas y una jugada después un tiralíneas del Athletic sirvió para que Williams metiera el 0-3 y volviera a meter otro tanto en el ’90 en otro fallo de Werner. Y este domingo, el Real Madrid.
FICHA TÉCNICA
SD Huesca: Werner; Brezancic, Etxeita, Insua, Almerge (Miramón 61’); Musto (Aguilera 46’), Sastre (Camacho 71’); ‘Chimy’ Ávila, Melero, Gürler; Longo.
Athletic Club: Unai Simón; Capa (De Marcos 58’), Yeray, Iñigo Martínez, Yuri; Beñat (San José 82′), Dani García, Raúl García; Susaeta, Aduriz (Williams 62’) y Córdoba.
Goles: o-1 Aduriz min. 36. 0-2 Aduriz min. 58. 0-3 Williams min.73. 0-4 Williams 90′.
Árbitro: Del Cerro Grande. Amarilla Musto 23’, ‘Chimy’ Ávila 72’.
Incidencias: partido de vuelta de la eliminatoria de Copa del Rey de dieciseisavos de final con 5.561 aficionados en las gradas.