Rocío Torcal (Zaragoza, 1994 / 1,72 metros de altura) es trabajadora, estudiante y jugadora de Liga Femenina 2 en el Real Canoe de Madrid. Todo en una. Llego a debutar con el desaparecido Mann Filter Zaragoza en Liga Femenina y desde 2013 compite en la segunda categoría del baloncesto nacional en equipos de la Comunidad de Madrid. Primero en el Movistar Estudiantes, donde estuvo cuatro temporadas, de 2013 a 2017. Desde el verano de 2017, compite en el Real Canoe. Este curso, ha promediado 6,4 puntos, 1,5 rebotes y 1,5 asistencias en los 20 partidos que ha podido participar hasta la fecha. Desde SPORTARAGON, hemos hablado con ella.
¿Dónde te ha pillado el confinamiento?
Estoy en Madrid. Ni siquiera he podido volver a Zaragoza, ante todo hay que ser responsables y me ha tocado quedarme aquí. Estoy con otra compañera de piso con la que también comparto equipo, así lo podemos llevar un poco mejor. Lo afrontamos con paciencia, resignación y siendo fuertes mentalmente. Como se ha escuchado en el ámbito del deporte, este partido lo ganamos desde casa.
Y desde casa precisamente, grabaste un vídeo junto con una compañera del equipo ¡que ha dado mucho que hablar! (un bloqueo directo, un pase por la espalda, un mate…)
¡Sí! (Risas). Eso fue la primera semana del confinamiento. Desde el principio tuvimos claro que iba a ser una situación que se iba a prolongar e iba a ser complicado retomar los entrenamientos. Desde el club nos lo propusieron, y echándole un poco de imaginación, decidimos hacer ese vídeo. El mensaje es ese ‘anoto desde casa, sigo entrenando desde casa’ y no perder la ilusión.
Nos lo propusieron desde el club, le echamos imaginación e hicimos un vídeo con el mensaje de anotar desde casa y no perder ilusión
Precisamente este martes, habéis tenido un encuentro virtual todo el club para hablar de la competición y el futuro. ¿Qué os han transmitido?
La llamada virtual que hicimos el martes todo el equipo junto con el entrenador, cuerpo técnico y presidente era para dejar claro que ahora lo importante es cuidarse y estar bien. Aún no es oficial en la página de la federación, pero ya dan por finalizada la temporada. Nos pidieron que nos hagamos la idea de que ahora hay cosas mucho más importantes que entrenar y jugar. Todos tenemos muchas ganas de entrenar y jugar, pero la prioridad es ir retomando poco a poco nuestra vida normal. Nos dieron las gracias por el esfuerzo, nos animaron y la temporada que viene toca seguir mordiendo.
Estabais en sexta posición con 14 victorias y 7 derrotas. ¿Cómo valoras estos datos?
Por eso nos ha dado ese plus de rabia. Estaba siendo una temporada muy chula, ahí arriba peleando con todos con y a un solo partido de las cuartas. Podía pasar de todo y pensábamos que podíamos llegar a meternos en la fase de ascenso, algo que estaba muy por encima de los objetivos del equipo a principios del equipo. La temporada que viene hay que seguir luchando y con más ganas todavía. Desde el club van a buscar la continuidad de todo el equipo, pero no se puede saber nada a día de hoy ante todo lo que está pasando.
Con 18 años, en 2013 tomas la decisión de ir a Madrid y dejar tu zona de confort. ¿Qué te impulsó a ello?
Mi motivación principal fue el baloncesto. Hasta ese momento no me había planteado salir de casa, había tenido alguna otra oferta antes pero no me veía preparada, soy una persona muy familiar. En 2013, me atreví con la oferta del Estudiantes y ha sido una de las mejores decisiones de mi vida, me ha llevado hasta aquí. Desde el primer año que llegué y hasta ahora he estado estudiando al mismo tiempo, eso es prioritario.
De eso también quería hablar, porque no solo estudias, entrenas y compites en Liga Femenina 2, también trabajas. ¿Cómo consigues llegar a todo?
Es todo una cuestión de organizarse. Es cierto que se acumula mucha fatiga, tanto física como mental. Este año solo me falta presentar el TFG para terminar el Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Cuando llegué a Madrid, previamente hice TAFAD dos años. Entrenamos cuatro días a la semana tres horas cada día, viajamos cada dos fines de semana y en mi caso también lo compagino con un trabajo. Cuesta, como todo, pero sí que se puede.
Antes de llegar a Madrid, debutaste en Liga Femenina 1 con el Mann Filter Zaragoza y entrenabas con un equipo de la máxima categoría con apenas 16 años…
¡Pues sí! (Alegría). Lo recuerdo como un año muy duro y divertido a la vez. Ahí me di cuenta de la intensidad física de cada entrenamiento o un ejercicio tan simple como unas trenzas y finalizar. Con 16 años, descubrí la realidad del baloncesto profesional, la intensidad, la profesionalidad de las jugadoras con el hecho de llegar antes de cada entrenamiento y prepararse. Fue muy impactante, pero al mismo tiempo muy divertido porque coincidí con personas que me lo hicieron muy fácil como Cristina Ouviña. He coincidido con ella más veranos porque hacemos algún grupillo para entrenar cuando viene a Zaragoza. La recuerdo como a una especie de ‘mami’, junto con Estela Royo. Les guardo muchísimo cariño a las dos. Siempre será un recuerdo muy bonito. Fue una pena que por problemas económicos, ese club (Mann Filter Zaragoza) no pudiera sacar equipo en liga profesional. Haber entrenado con gente profesional como eran ellas me ayudó muchísimo.
Recuerdo a Cristina Ouviña y a Estela Royo como a unas ‘mamis’. Les guardo mucho cariño y me ayudó muchísimo entrenar con ellas