El técnico del Huesca, Rubi, no ha escondido en rueda de prensa su disgusto por las tarjetas que vio su equipo contra el Almería y que le pasa factura contra el Reus, próximo rival.
Las tarjetas recibidas contra el Almería privan al Huesca de acudir contra el Reus con todo su potencial y el entrenador del líder de Segunda, Rubi, no escondió cierto enfado por las rojas que vieron Pulido y Melero. Fue cuestionado al respecto y así respondió: “Las rojas son el tema del que más enfadado estoy con mi equipo. Son tarjetas evitables. Nos hemos metido en un follón solos y solo nos quejamos de nosotros mismos”. Y por si hubiera alguna duda por la razón de su estado de ánimo así lo explicó: “Para mí, acabar los partidos con 11 es sagrado”.
Rubi recordó aquello de que el fútbol tiene un punto alto de picardía. Y en este apartado se refirió al argentino ‘Chimy’ Ávila, a un carácter que hace que los rivales vayan a buscarle. Es de sangre caliente y eso se sabe. Por eso apostilló que “a ‘Chimy’ fueron a buscarle de forma descarada”.
Con independencia de las bajas y por lesiones con las que el Huesca afronta el partido contra el Reus, Rubi fue igual de tajante al señalar que “queremos ganar”, porque la exigencia del primer puesto “te obliga a hacerlo. Tengo mucha fe en que el equipo vuelva a hacer el fútbol del otro día y eso se note a nivel de resultado”. También comentó el momento del equipo, sacando a relucir que “no hay que dramatizar, (tras el empate en casa) pero sí que estamos con muchas ganas de conseguir una victoria para dar un pasito más. Esto es ya cuestión de dar pasitos”, recalcó.
Analizó al rival de este domingo como un conjunto con muchas virtudes y más que poner el acento en su propuesta de juego lo hizo en los suyos consciente de que va a ser un encuentro de “mucha exigencia, con nuestra afición delante y no podemos permitir que se vayan descontentos con nosotros”, afirmó.