El entrenador del Huesca se mostró contento con la victoria fuera de casa su equipo y espera que la lesión de ‘Chimy’ Ávila, con problemas en un talón, se quede en nada.
El Huesca acaba 2017 como Campeón de Invierno, un título que tan solo sirve para esculpir en la historia del club, pero que no tiene más trascendencia. Bien lo dijo Rubi en la rueda de prensa tras la victoria frente al Nàstic, recuerdos de otros tiempos donde el Campeón de Invierno, tanto en Primera como en Segunda, tenía igual trascendencia, pero más repercusión. Con independencia de ello, el Huesca acaba 2017 por la puerta grande. Quizá por esos recuerdos, Rubi calificó de “brutal” ser Campeón de Invierno.
El técnico azulgrana subrayó en sala de prensa que estaba contento porque su equipo había generado “muy buenas ocasiones y ha transmitido lo que estábamos buscando también de dominar los partidos” cuando juega lejos de El Alcoraz. Por lo que respecta al partido en sí, el preparador reconoció que el Nàstic tuvo su oportunidad nada más arrancar la segunda parte en un remate que salvó Remiro con una gran parada y, a partir de ese momento, “no pasó gran cosa” hasta que el Huesca volvió a hilvanar su fútbol y empezó a producir ocasiones importantes a la contra.
Reconoció que el gol de volea de Mesa pudo complicar el resultado, al crear cierta “incertidumbre” en el minuto que quedó de juego. Respecto a la lesión de ‘Chimy’ Ávila que le obligó a sacarle del campo, el técnico señaló que tenía un corte en el talón. Lo había visto “cojeando durante unos minutos” y subrayó que cree que no será nada grave la herida en uno de sus talones.
Preguntado por el rival, el técnico del conjunto azulgrana subrayó que el Nàstic es un equipo con las ideas claras, pero quizá “algo nervioso por los resultados que ha obtenido” hasta la fecha por lo que le falta ganar algún partido para conseguir seguridad en su juego.