Carreteras viradas por los Pirineos de Huesca (Aragón), estrechas, pegados a profundos acantilados. Tramos donde se tocan las paredes. Cielos azules, márgenes con profundos bosques. Silencio roto con el ruido del motor en un oxímoron de placer. Es la cara b de algunas carreteras. Cuando la mala comunicación es una bendición. Al menos, lo que se considera mala comunicación. A lomos de potentes motos se abre un paraíso para degustar rutas por viejas carreteras y conocer pueblos en ruta.
Y el abanico de propuestas es amplio. Y, además, abierto a casi todos los meses del año. Uno de los más espectaculares es conocer el norte de la provincia de Huesca, de este a oeste o de oeste a este. Entrando por Navarra o por Cataluña. Un recorrido por la Jacetania, Alto Gállego, el Sobrarbe y la Ribagorza donde historia y naturaleza se funden en más de 200 kilómetros, que te permiten saborearlos tramo a tramo.
Jacetania
Si elegimos entrar por Navarra, el recorrido por la Jacetania te lleva desde Puente la Reina a Jaca pasando por los monasterios viejo y nuevo de San Juan de la Peña, historia viva del Reino de Aragón. La vieja N-240 te deja a las puertas de una carretera virada, con vistas espectaculares mientras se gana altura hasta llegar al viejo monasterio horadado en la roca. Desde allí, pasando por el monasterio nuevo se llega a Jaca donde destaca su singular Ciudadela y su Catedral, una de las joyas del Románico. Y, por cierto, un buen lugar para tapear.
Después de Jaca, la carretera te conduce al Sobrarbe. Y hay dos opciones. Aprovechar la Yebra de Basa-Fiscal o acceder por el puerto de Cotefablo que te deja a las puertas de Torla, una de las entradas al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Más abajo, en Jánovas, su puente colgante y su mirador te lleva a Boltaña y la villa de Aínsa, donde su plaza y su casco histórico explican por sí solos porqué es una de las localidades más bellas de España.
A Llanos o Castejón
La última parte de recorrido motero es conectar con la Alta Ribagorza y se vuelven a abrir dos variantes: la que se cierra en Llanos del Hospital después de pasar por Benasque y la siempre grata visita a Anciles, que sorprende con sus casas señoriales que han dado grandes nombres a la Historia de España o antes de llegar al Valle de Benasque acceder a Castejón de Sos y por la revirada N-260 salir a Cataluña.