Sin duda es una de las más firmes promesas del freeride español. La rider barcelonesa afincada en Cerler puso en Verbier (Suiza) el pasado fin de semana el broche a una gran temporada sobre los esquís.
Y Ruth Frutos volvió de la estación suiza de Verbier con la octava posición del mundo en freeride para categoría junior. La barcelonesa afincada en Cerler está ya cerca de poner el broche a una gran temporada. Este fin de semana compite en el trofeo social del Club Esquí Cerler Aneto. Luego ya, fiesta. Bueno, relativa. Que queda mucha nieve por el Reino del Aneto y los fanáticos del esquí no desaprovechan ocasión alguna para ponerse sobre las tablas. La zona de Ardonés y sus distintos sectores forman parte de la particular zona de recreo de Ruth Frutos, así como la de la Renclusa en dirección a las Maladetas, en pleno corazón del Valle de Benasque. Se cierra la pista, pero se mantiene abierta la travesía.
A sus 17 años, Ruth sigue quemando etapas de forma ordenada con el objetivo de hacerse un nombre en un deporte espectacular, de puro contacto con la naturaleza. Acabó en primera posición en Eldorado Freeride Junior y es quinta de Europa en su categoría. “La verdad es que te sientes bien con esos puestos, pero hay que seguir y el próximo año hacerlo mejor”, señala.
Su participación en Verbier, el pasado fin de semana, la consolida como una firme promesa por si hubiera alguna duda. Era la primera vez que se adentraba en este centro invernal y lo primero que le sorprendió es que no hubiera tanta nieve como en el Pirineo aragonés. “Lo que sí impresiona es tener tan cerca el Mont Blanc y otros picos de más de 3.000 metros de altitud tan cerca de ti”, recuerda.
La competición de freeride en Verbier fue en la montaña Bec de Roses, a la que tuvieron que ascender con los esquís a la espalda. “La verdad es que lo pasamos bien. Subimos y disfrutamos de la bajada”, señala de forma concisa. La prueba se celebró el sábado y les dejaron poco más de 10 minutos para visualizar la línea de descenso. Como tenían que subir por donde luego bajaron esquiando hubo tiempo de sobra para analizar el trazado de forma concienzuda.
El descenso fue largo, más que en los de las palas que ha tenido que gestionar en el calendario que conforma Eldorado Freeride, y cansado. Para bailar con la nieve contó con la ayuda de Cristian Boira, entrenador del Copano Emotion, club de Baqueira con el que compartió expedición hasta la localidad suiza.
Y ahora, tras la ‘competi’ de este fin de semana en Cerler, algo de descanso y con la cabeza puesta ya en la próxima temporada que le puede deparar cambios ya que la próxima semana va a hacer las pruebas de tecnificación en Baqueira con el objetivo de ver si puede entrar en el programa de esquí estudio en Viella. Todo encaminado para hacer del freeride uno de los pilares de su vida… sin olvidar los estudios.