Este es el retrato del que para quien lo conoce es el principal paso de montaña del ciclismo aragonés. Se trata del Puerto de Sahún, una pista que une Plan con Chía y Castejón de Sos. O lo que es lo mismo, el Sobrarbe con la Ribagorza. Lo hace a través de una larga pista que asciende hasta los 2.025 metros del Collado de Sahún. De momento es un paraíso para el ciclismo de montaña, incluso para el gravel. En un futuro próximo la intención del Gobierno de Aragón es asfaltar este paso estratégico. Convertirlo en la unión de las carreteras A-138 y A-139. Convertirlo en la gran referencia montañosa del ciclismo aragonés.
Sahún por Plan
Hablamos, por su orientación, de la cara oeste de este gigante pirenaico. Para muchos presenta la cara más atractiva. Seguramente por tratarse de una revirada carretera que en su totalidad transita por los bosques de la vertiente chistabina. Una cara bastante regular en su pendiente con porcentajes ligeramente superiores en su primera mitad. Tan sólo aparentemente la inclinación se relaja en un corto tramo del sector central, justo en la zona previa al desvío a Barbaruens y Seira, otra de las muchas ascensiones de la zona. Sahún, por su encanto, pide casi ser subido en solitario, en silencio, disfrutando de cada bello rincón que aparece tras cada curva. Sus vistas, sus bosques, sus prados bien valen un buen esfuerzo. Arriba las vistas se amplían y la satisfacción que deja este bello paso en cada ciclista que lo corona es un recuerdo para siempre.
Sahún por Chía
Turno para la otra cara. Algo distinta y según los números un poco más dura que la chistabina. La vertiente ribagorzana, de más de 16 kilómetros, comienza de forma brusca en las inmediaciones de Castejón de Sos, cogiendo el desvío a Chía. Hasta esta localidad está asfaltado, después hay como un kilómetro de cemento. Cinco exigentes kilómetros que a día de hoy pueden hacerse con la bicicleta de carretera. Se deja el cemento y se pasa a la tierra. Un breve relax y se afronta toda la subida final a Sahún.
Unos nueve kilómetros aún de herraduras, excelentes vista y pendiente dura que suaviza en la parte alta. El arbolado va desapareciendo paulatinamente por lo que el ciclista queda algo desprotegido ante los elementos, lo que algunos días puede ser un problema añadido. El entorno alpino es de los que se ven en las grandes etapas de montaña, de los de hierba y roca. La cima es un regalo y una satisfacción para los sentidos.
Conclusiones
La principal y más sencilla conclusión acerca de Sahún es que es un puertazo. Y lo es en cualquiera de sus dos vertientes. Con el añadido de ser un tanto diferentes, el entretenimiento en este coloso está asegurado. Tiene todo lo que se le pide a un gran puerto pirenaico. Tiene dureza, un atractivo notable y variado, y hasta el superar esa mágica barrera de los 2.000 metros. Todo menos asfalto.
Digo esto porque el convertir esta pista en carretera es una histórica (y legítima) demanda de los vecinos de ambas comarcas. La necesidad de un paso asfaltado y transitable en invierno que comunique estos valles, que genere nuevas oportunidades de negocio en la zona y que sirva para unir dos territorios vecinos de una forma más eficiente es algo más que necesario, una obligación. Ya no es por el ciclismo, que indirectamente saldría beneficiado, es por ellos, por los que llevan toda una vida sufriendo las consecuencias de no tener unas comunicaciones del siglo XXI. El Gobierno de Aragón, que ya inició el estudio de impacto ambiental, debería actuar con celeridad en este importante proyecto.
Comparaciones
Por establecer unas simples comparaciones que sirvan como introducción para quien no lo conozca, Sahún en su vertiente de Plan se puede comparar con la conocida ascensión a Luz Ardiden, en Francia. La cara ribagorzana se podría asemejar bastante a un mítico puerto francés, el Col de l’Aubisque. Creo no exagerar. Si no lo conocéis, dadle una oportunidad al Puerto de Sahún. Volveréis.