HUESCA | Acelgas, ajos, alcachofa, apio, berenjena, brócoli, calabacín, col lombarda, espinacas, guisantes, pepino, pimiento, judías verdes, aguacate, frambuesa, fresón son algunas de las verduras de las que disponemos en el mes de marzo y que acompañan nuestra gastronomía de forma sana. Es lo que nos gusta. Venimos de abrir el año y cumplir –o no- las sempiternas promesas de inicio de curso. Si sigues en la brecha, perfecto; en caso contrario, retómala. Si es que estás en marzo. Es decir, quedan más meses por delante para cumplir que para dar por finiquitado lo que aseguraste –un año más- que ibas a hacer.
Y para ayudarte, algo de química natural que viaja acompasada a la felicidad. Endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina. Sencillamente son las hormonas involucradas en procesos biológicos que desatan el sentimiento de felicidad. Y no nos vamos a engañar eso es lo que perseguimos, pero con cabeza. Es decir, de forma progresiva y a largo recorrido.
La endorfina es un analgésico natural. Y es por esto que cuando ingerimos extremadamente picante tenemos un subidón de endorfinas como ocurre cuando hacemos deporte en compañía. Esa unión social las eleva. En el caso de la serotonina, exponerse a la luz del sol, recibir masajes y hacer deporte influyen de forma activa para luchar contra la depresión.
Para la dopamina lo mejor es volver a ese final del pasado año cuando te planteaste un objetivo, mejor escrito, cuando te mascaste el objetivo de hacer más deporte y comer de forma más equilibrada. Un objetivo plausible que hay que desarrollar poco a poco, que sea factible. Por suerte, en Aragón tienes alimentos de variedad y un patio de recreo de norte a sur, y de este a oeste que te permite hacer cualquier tipo de actividad deportiva y con la intensidad que quieras.
La oxitocina es la hormona de los vínculos emocionales. Es, básicamente, un compuesto cerebral importante en la construcción de la confianza, que es necesaria para desarrollar relaciones emocionales”.