Cualquier niño de 5, 6, 7 años sueña con corretear por el césped del Bernabéu o del Camp Nou, con llegar a la luna o con ser estrella de rock y poder deslizarse de rodillas por un escenario guitarra en mano. El que huye de estos prototipos generalmente es el ‘rarito’ de la clase. O el diferente. Desde muy temprano Sergio Samitier ha ido montado en sillín, agarrado a un manillar y utilizando los pedales para recorrer kilómetros sobre un vulnerable vehículo de dos ruedas. Ahora, y a punto de cumplir los 22, el altoaragonés se posiciona como uno de los ciclistas con más proyección en el panorama nacional, habiendo logrado en un mismo fin de semana ser segundo de la Copa de España en categoría Élite (una superior a su edad y perdiendo el amarillo por un solo puesto en la última etapa), líder de la Sub 23 (su nivel) y campeón de la Vuelta a Bidasoa. Horas más tarde de ser recibido por el Club Ciclista Barbastro y por toda la localidad del Vero como un ídolo, el barbastrense atendió a SPORTHUESCA.com para repasar todo lo que rodea a su carrera profesional, en especial, esta última prueba del campeonato nacional.
PREGUNTA (P): Al final termina la semana grande siendo segundo en élite y primero en sub23 de la Copa de España, además de campeón de la Vuelta a Bidasoa. ¿Está satisfecho con estos resultados o hay cierto resquemor por perder el liderato de Élite por un puesto?
SERGIO SAMITIER (SS): Resquemor ninguno. Estoy muy contento. Tenía pensado correr Bidasoa y disputar alguna etapa pero nunca la general. Si una semana antes me das a elegir entre ganar una etapa y la Vuelta a Bidasoa, y ser líder en la Copa de España habría firmado con los ojos cerrados Bidasoa porque abre muchas más puertas. A principio de año, el objetivo era ganar la Sub 23 y no la absoluta, así que objetivos cumplidos.
(P): ¿En qué momento vio que en esta última etapa no iba tan bien como lo que podías esperar? ¿Antes de la salida?
(SS): Ya lo vi el sábado corriendo en Bidasoa, que iba con las piernas justitas, sabía que iba a pasar factura. El problema es que este año todavía no había corrido ninguna vuelta y no había doblado sábado y domingo. Meter de golpe cinco días de competición es mucho y el sábado por la tarde ya vi que no iba del todo bien, aunque al final pude salvar la etapa. El domingo, antes de empezar, ya vi que iba a sufrir.
Samitier, “Sami” como le llaman sus compañeros y miembros del Lizarte, llegó exhausto a la línea de meta situada en Alcalá de Henares tras más de 100 kilómetros de persecución al grupo de delante, donde estaba el segundo de la clasificación, Gonzalo Serrano.
(P): ¿Cuándo atacaron sus rivales no respondió por piernas o tiró un poco de mente fría pensando que esto era muy largo?
(SS): Al principio planeamos no entrar en un cara a cara y un tú a tú contra Gonzalo, esperábamos tirar más de equipo porque si se iba confiábamos en meter a los compañeros a trabajar y cogerlo. Las dos primeras veces respondimos bien, nos arrancó de salida sabiendo que iba con las piernas justas y ahí tire de equipo, aunque él lo siguió probando muchas veces. Así que la carrera ya venía muy rota desde el inicio y en uno de esos intentos me quedé solo con dos compañeros y él se fue para delante con otros dos. Mantuvimos la distancia de 20-30 segundos hasta que en un puerto tuve que entrar yo e ir a por ellos. Ahí ya vi que no llevaba tanto gas como ellos. Decidimos esperar al resto de compañeros que venía en el grupo de detrás aun sabiendo que íbamos a perder tiempo, pero con la clara consigna de que la unión hace la fuerza y de que a largo plazo podía ser beneficioso.
(P): En la última parte de etapa, su grupo recortó unos 2 minutos al de Serrano. ¿Confiaba en recuperar todo el espacio a la fuga en los kilómetros finales?
(SS): Cuando el tiempo se fue a 3 minutos mi intención era entrar el primero del pelotón y para ello se puso el Lizarte a tirar, para que no se escapara nadie más y yo pudiera entrar el primero. En la recta final empezaron a colaborar más equipos y le íbamos bajando mucho el tiempo, sí que hubo un momento en el que pensaba que íbamos a entrar. Al final nos quedamos muy cerca.
(P): ¿El hecho de que Jaime Castrillo no estuviera con usted durante la etapa complicó todo? ¿Le pudo afectar psicológicamente de alguna manera?
(SS): Que no estuviera complicó todo bastante. En Bidasoa fue mi ángel de la guarda porque me salvó todas las papeletas. Se salió muy rápido y le pilló descolocado. A él le cuesta entrar en calor, le dejó fuera. Si se hubiera quedado estoy convencido de que los cogemos. Pero no se le pude reprochar nada a Jaime, él era el más fuerte en Bidasoa y me hizo la vuelta a mí siendo el que más piernas tenía. Es imposible reprocharle algo.
Y es que Samitier y Castrillo, no es que hubieran disputado durante cuatro días la Vuelta a Bidasoa, es que llegaron a la capital el sábado por la noche, cuando la organización de la carrera había programado la salida a las 9.00 de la mañana. Ni 10 horas de tranquilidad. Como comentaba uno de los auxiliares del Lizarte, sobre las 6.00 a.m. los ciclistas ya estaban de pie para ingerir la energía necesaria para la carrera y hacer los rituales de calentamiento previos. Recuperar al 100% era una labor difícil, una misión que rozaba lo imposible.
(P): Llegó a Madrid el sábado por la noche tras un esfuerzo tremendo en Bidasoa. ¿Da tiempo a recuperar ese cansancio en tan pocas horas? ¿Qué se hace en ese tiempo?
(SS): Es imposible estar el domingo en las mismas condiciones que el rival, ya que casi todos los que estaban corriendo Copa de España no lo habían hecho en Bidasoa. Acabas tras cuatro días de etapa, siendo la última el sábado por la tarde (terminaron sobre las 17.30). No termina ahí, después tienes que acudir al pódium, atender a la prensa, etc. No llegas de la etapa y te pones a hacer rodillo y a recuperar. Tras todos los compromisos formales, ya sí que te tomas el batido recuperador y la merienda, te pones las medias y empiezas las tareas de recuperación, aunque esta vez no pude ir al masajista porque teníamos un desplazamiento muy largo. Llegamos a Madrid a las 23.30 tras comer la pasta por el camino y ahí ya pudimos ir a dormir y descansar. En un caso como este es muy muy difícil recuperar, si tienes la vuelta en la misma ciudad con el mismo hotel sí que puedes hacerlo un poco mejor pero en esta situación es imposible estar a tope.
El barbastrense también repasó el futuro más inmediato y los objetivos que tiene marcados en el calendario de su casa para esta segunda parte de temporada.
(P): ¿Qué le queda para esta segunda parte de competición de 2017?
(SS): El objetivo más inmediato es la Vuelta Navarra. A partir de ahí, el Valle Ciclístico d’Aosta en Italia, el Tour del Porvenir si me llaman y pelear todas las competiciones a las decidamos que vaya.
(P): ¿Para el año que viene hay opciones de dar el salto al Movistar Team?
(SS): Opciones siempre hay aunque sabemos que es muy difícil porque el Movistar es un grandísimo equipo. Apuraremos todas las opciones posibles para subir y si no se puede dar barajaremos otras cartas.
(P): ¿Hace meses pensó en lo que está haciendo este año?
(SS): Al principio siempre piensas en hacer una buena Copa de España y competir allá donde vas, aunque tampoco te esperas que ibas a ganar la de Legazpi, Bidasoa, estar muy cerca en otras como en Valenziaga. Sabes que vas a estar ahí pero no sabes hasta dónde puedes llegar exactamente.
Muy buena entrevista para conocer los últimos y vibrantes días de competición de Sergio Samitier. Aquí hay ciclista, y bueno.