Sergio Samitier ha sido el mejor aragonés de la Vuelta a Aragón que cerró el domingo una edición en las rampas del Ampriu, en el Valle de Benasque. Un maillot que le sirve para subir su depósito de optimismo.
Saber el nombre del propietario del maillot que designaría al primer aragonés en la general de esta Vuelta Aragón era una de las varias incógnitas que ayer tarde aún se tenían que resolver camino del Ampriu. Se trataba de un premio menor, pero al fin y al cabo un premio que te sube al pódium, y que seguro también supone una inyección de moral y autoestima muy necesaria en este duro deporte que es el ciclismo.
Con los Movistar poco interesados en el maillot negro por órdenes de empresa, parecía evidente que el asunto estaría entre los dos altoaragoneses del Euskadi-Murias, Samitier y Barceló, dos buenos escaladores que se la iban a jugar en el mejor tablero de juego que actualmente tenemos en la provincia. Hablo de la mítica ascensión al Ampriu.
Quizá apoyado en el milimétrico conocimiento del puerto que tiene Samitier, el de Barbastro lograba ser el primero de los de la tierra en la general, algo a lo que trataba de restar importancia, enfocando lo del maillot “como un premio no personal, sino al ciclismo aragonés”. Para Sami, “daba igual quién se lo llevara, era para todos, para reconocer que ahora se está viviendo un momento muy bonito en el ciclismo aragonés”. Palabras de humildad, de sincera humildad.
Lo hizo delante de su gente, de la animosa Peña Sergio Samitier, familiares y amigos que llegados desde la capital del Somontano no dudaron en dar color y animar tanto a Sami como al resto de sus compañeros, “es una barbaridad que esté animando todo Barbastro. Es una pasada”, apostilló.
Y hablando del equipo, días inolvidables para un Euskadi-Murias que ha logrado dos etapas en Aragón tras varios tiros al palo. “Nos hemos estrenado en Aragón y esto es como cuando ganas tu primera carrera, que nunca lo olvidas, Euskadi-Murias nunca se va a olvidar de Aragón”, afirmó. En cuanto a la organización, y siguiendo el tono general, todo son buenas palabras hacia “una organización de 10, igual que la afición aragonesa, nada que envidiar a otras vueltas”. Palabra de ciclista.
Barceló, Castrillo y Arcas
No sería justo centrarnos únicamente en la figura de Samitier, ya que como acertademente indicó, el maillot era un premio para todos. El resto de los oscenses también han completado una destacada Vuelta Aragón, siempre obedientes a las órdenes que recibían por el pinganillo, como Fernando Barceló, quien se mostraba “contento por la vuelta que le había salido”. Y pese al cansancio acumulado ya que recordó que “llevo ya 40 días de competición”. Uno de los que más de todo el pelotón internacional por lo que tocará descansar.
Los dos Movistar tenían la clara misión de aportar todo su esfuerzo en apoyo de la que iba a ser su principal baza, Jaime Rosón. El sudor derramado tuvo su recompensa, y pese a que Movistar no logró llevarse ninguna de las tres etapas, sí lo hizo en la general final con el joven escalador zamorano. El trabajo de los oscenses camino de Benasque ayudó a tener la carrera bajo control. Jorge Arcas ha estado sublime, y es que su actuación hay que subrayarla tras estar un mes parado a consecuencia de su caída en Flandes. Ha vuelto y vuelve a recuperar su poderoso rodar.
Jaime Castrillo, el benjamín de la escuadra telefónica, suele ser uno de los primeros sacrificados a la hora de tirar. Cuestión de jerarquía. Está viviendo su primer año en un gran equipo que sabe hacer a estos ciclistas a fuego lento. Por lo pronto se ha llevado, al igual que Jorge Arcas, el reconocimiento y las buenas palabras del prometedor Jaime Rosón, vencedor de esta Vuelta Aragón.