Los azulgrana cayeron frente al UCAM, quien aprovechó la patente debilidad de la defensa del Huesca a pesar de que Samu y Anquela lo intentaron arreglar.
Una zaga quebrada
El Huesca volvió a conceder atrás, donde los errores se magnifican en contra y donde cada acción no resuelta de manera favorable castiga con esmero. Una circunstancia ejemplificada en el rendimiento de la pareja de zagueros, Íñigo López y Carlos David, quienes no están logrando aportar en las últimas jornadas la seguridad de la que han hecho gala en la mayoría de las ocasiones: el primero, escondiendo prácticamente a la perfección sus notables defectos y, el segundo, agigantándose como el central de grandes cualidades que es.
Ambos no resolvieron con la suficiente y necesaria contundencia y concentración las situaciones de los dos goles que noquearon a los azulgrana, como pasó en Girona o frente al Tenerife. En el primero, Carlos David se queda en una línea mal tirada de la que, correctamente, Akapo, Íñigo y Brezancic se salen para acometer a su par y achicar espacios. En el segundo es Íñigo quien permite la superioridad ofensiva del UCAM, consiguiente desatención de Brezancic en la acción posterior.
El marcaje a Samu Sáiz
En desventaja, aunque sin estar mal situado sobre el césped y logrando inquietar a ráfagas la meta de Biel Ribas, el Huesca dependía ya de la claridad e inspiración con balón de su estrella. Las compañías de Alexander y Vinícius no funcionan: ni dan ni reciben, y viceversa.
Francisco tenía entre sus hombres a uno que conocía y bien al rubio que podía cambiar el rumbo del partido. Manolo se cargó de faltas que recibió Samu sin parar. Ningún jugador local le permitió al ’14’ girarse o, ya encarando el área, tener continuidad. Pocos espacios o cortados para Samu, foco de atención del Huesca y, por tanto, del UCAM.
Los 3 movimientos de Anquela
Con un Samu activo aunque acechado y hasta detenido, el Huesca necesitaba más ante un contexto tan desfavorable, como últimamente le está sucediendo. Las armas, David López y Vadillo y, en última instancia, el capitán. El gaditano (salió Íñigo) formó en la mediapunta, retrasándose Bambock a la zaga y, Samu, junto a Melero. No desacertada modificación de Anquela, quien optó, por necesidad, por contar con más gente desequilibrante por dentro sin perder cantidad de jugadores en dicha zona.
Tras la asistencia de Samu para recortar distancias, Anquela volvió a mover al equipo. Entró David López (por Brezancic), situándose desplazado a la izquierda, protegiendo el carril zurdo con Ferreiro más ampliado. Un Huesca que cerraba con 3 atrás con balón (2 centrales y Akapo) y, Samu, liberado de nuevo, a la misma altura que Vadillo en la parcela interior.
Y el último fue Camacho. Ferreiro cambió su costado (a la derecha), el capitán formó arriba con Vinícius y Samu regresó con Melero. Sin embargo, un Huesca noqueado por su baja intensidad defensiva terminó, como consecuencia del esquema, siendo ejecutado al contragolpe.
Sí, lo intentaron arreglar, pero no fueron los únicos.
Coincido en mirar a Anquela, porque es el responsable, pero mencionar solo a Samu de entre los jugadores me parece una visión parcial. Y sí que se puso las pilas, protestas aparte, pero no es el único.
Se está encumbrando a Samu, que no digo que no destaque, por parte de un sector de la prensa y aficionados, como es habitual en todos los equipos y categorías en un ejercicio de individualizar. Pero para mí es injusto, inexacto y parcial.
Hombres como Melero, Ferreiro o Akapo en mayor medida y estando acertados lo intentaron una y otra vez. Y en el caso de los dos primeros, con cambio de posición a medida que se hacían las sustituciones para mejorar el resultado. E incluso Bambock, que hizo un buen partido en general, también adaptándose a las necesidades.
El periodismo y los medios de comunicación tienden a exagerar las cosas y focalizar la atención en personas concretas, pero para mí es el conjunto. Y es del todo injusto “olvidarse” de quienes hacen “la otra faena”, porque él solo es imposible.
Samu no hizo más que estos otros. Cada uno a su medida, en su puesto, conforman el engranaje. Y equivocaciones o errores, con y sin balón, no ricemos el rizo. Subjetividades aparte, digamos las cosas por su nombre. Hemos cometido fallos o errores o equivocaciones o desaciertos o lo que nos dé la gana decir, pero toca asumirlos entre todos y poner lo que haga falta para remediarlos en adelante y volver a ser nosotros. Y eso pasa por la “cabeza”, la mentalidad y cómo se administre la presión y los nervios de “las alturas”, porque somos inexpertos.
Eso se paga, todo lo demás literatura y florituras.
Errores cometió ayer también samu , perdió varios balones , de hecho el último gol de morillas viene de una pérdida de samu , la pierde sin que le hagan falta , que sí que otras veces se las hacen , y que sí que le hacen muchas faltas ,pero otras muchas no , hay que contar las cosas como son .
Los errores se cometen sin balón, no con él.
Saludos!
Los errores son equivocaciones , según el diccionario acciones o decisiones desacertadas ,un error se puede hacer sin balón y con balón , si tú llevas el balón y tienes un compañero mejor situado que tú y no la pasas y la juegas tú hasta que la pierdas , error o decisión desacertada como quieras .saludos.