En plena Jacetania, a pocos kilómetros de su capital, se encuentra un puerto desconocido para el gran público pero que gracias a su historia milenaria, su arte y la buena carretera que presenta es un atractivo para los aficionados al ciclismo de estas comarcas pirenaicas y también para los numerosos visitantes que cada año se acercan por este bello rincón. Hablamos de San Juan de la Peña, la montaña que en su seno alberga el Real Monasterio en cuyo Panteón Real descansan algunos de los antiguos y legendarios Reyes de Aragón.
Estreno en competición
Desde esta semana, el nombre de San Juan de la Peña va a hacerse un hueco en el ciclismo. La Vuelta Aragón lo va a estrenar en competición. Será en el trascurso de la segunda etapa, la que conectará Sádaba y Canfranc. Un trayecto salpicado de pequeños puertos en la que destaca esta ascensión. Y eso que se encuentra un tanto alejada de meta.
La ascensión comienza en el bello lugar de Santa Cruz de la Serós. Desde allí casi ocho exigentes kilómetros hasta la cima. Este recorrido ascendente por la montaña se puede dividir en dos partes. La primera de ellas ocupa los primeros cinco kilómetros. Cinco mil metros de pendiente muy regular, siempre entorno al 7%. Agradable en verano gracias a la sombra que propician los pinares que atraviesa. Como regalo para la vista tendremos el Pirineo al llegar al final de esta parte. Un lujo de vista.
Un ligero descenso nos encamina a la segunda parte. Más breve pero mucho más dura. Al pasar junto al Real Monasterio la carretera se empina endiabladamente. Una brutal sacudida sobradamente por encima de los dos dígitos. Rampas durísimas con puntas que llegan al 17%. No hay descanso ni en las herraduras. Así un kilómetro, así hasta coronar. Es la parte que le da carácter a este puerto, la que cuando la superas en la cima te saca un buah!!!
En definitiva, San Juan de la Peña es un puerto de los que aportan a una carrera. Aporta como puerto de paso y como final. Es duro pero sin excesos, con un kilómetro final explosivo y después un descenso de los de no parar de pedalear. Luego está con que lo combinas en esta zona. Cerca están Oroel y Rapitán, un trío que haría las delicias de los aficionados. Quien sabe si ahora que lo estrenará la Vuelta Aragón después lo visita La Vuelta.