Los tres años de contrato con el Huesca, la persistencia por su fichaje, las ganas de salir del Everton y, especialmente, volver a ser el jugador que se perfilaba. Sandro ha sido el último fichaje del Huesca y ha reconocido su ansiedad en momentos determinados porque “lo he pasado mal y he tenido momentos complicados”. El canario deslumbró en el Málaga -14 goles en 30 partidos- fichó por el Everton por cuatro temporadas y su estrella se apagó. Cesiones, falta de gol, de continuidad. Y todo se complica. Todo se enreda.
Parece que lleva toda una vida en el fútbol y tiene 25 años. El Huesca le ha dado, quizá, lo que más ansiaba: estabilidad. Se espera mucho de él. Y por encima de todo: goles. Se considera un 9, le gusta ser la referencia del ataque, aunque no se descarta como medio punta. Ni mucho menos. Ha jugado, también, en ambas bandas de la vanguardia, pero él, lo que quiere, es ser el 9. ¿Compatibilidad con los otros tres delanteros del Huesca? Respuesta de manual. Por supuesto.
Sandro agradeció el esfuerzo del Huesca por su contratación ante un Everton que “puso muchas dificultades” para su salida, ha afirmado. Si tiró del guión de que el delantero vive del gol reconoció de forma abierta que “tuve una mala racha” y que “tengo que mejorar muchas cosas”. El delantero subrayó que llega a Huesca convenido de que “comienza una nueva etapa”.
El canario recala en un Huesca en el que también tiene ‘viejos’ amigos como Rafa Mir y Ontiveros, del que dijo es un jugador “especial”. Llega en estado óptimo de forma ya que ha entrenado con el Everton y puede ponerse a las órdenes de Míchel en cuanto la PCR salga negativa en coronavirus.
La presentación de Sandro eclipsó la de Doumbia. El de Costa de Marfil llega cedido por lo que queda de temporada con opción de compra y surge como el relevo natural de Mosquera. Rubén García, director deportivo del Huesca, subrayó la “fortaleza y el robo de balón” de Doumbia. Un fichaje distinto a Mosquera, pero para una posición donde el gallego estaba solo.
Doumbia subrayó que su fichaje se fraguó porque el Huesca es un club “combativo y humilde que siempre mostró interés porque viniera”. El centrocampista defensivo se mostró convencido de que el cambio de la liga portuguesa a la española es a mejor porque tiene “más calidad. La portuguesa no es mala, pero la española es de otro nivel”.