ZARAGOZA | El resumen de la cumbre en Madrid entre Víctor Fernández, Juan Carlos Cordero y los propietarios obtuvo un buen eslogan periodístico: “gran sintonía entre Víctor Fernández y los consejeros”. El técnico encontró exactamente aquello que buscaba en la reunión. La impresión de que el grupo que lidera el Real Zaragoza tiene intenciones ambiciosas, la voluntad de construir un equipo ganador. Parece una tesis sencilla: no tendría sentido que Víctor Fernández se quedara si no fuera así.
Entre los pasos que siguieron a esa cumbre hubo algunas derrotas, pero también otras conclusiones. Algunas ya están escritas: la renovación de Alejandro Francés o el primer contrato profesional para Adrián Liso. También la elección de “salidas dolorosas” y el recuerdo a una famosa reestructuración masiva de la plantilla. Y entre los pasos posteriores destaca otra propuesta. Víctor acepta formar parte de la historia más reciente, es consciente de que las sinergias pueden ser un vehículo interesante, también la canción de los últimos veranos. Pero no quiere balas de fogueo, sino futbolistas ya contrastados en la categoría.
En esa descripción entran las dos peticiones más complejas del mercado colchonero. Carlos Martín es el futbolista más deseado y supone también una batalla entre múltiples pretendientes. El Zaragoza parte con una desventaja objetiva: los candidatos a su incorporación pertenecer a la Primera División. Mientras tanto, el equipo maño ha peleado por lograr la salvación en la categoría de plata. A un caso similar responde Santiago Mouriño. El técnico vería con buenos ojos una segunda etapa del uruguayo en La Romareda. Peleará, eso sí, contra los planes que ha diseñado el Atlético de Madrid para él, que espera que pruebe sus condiciones en la máxima competición.
Salvo un giro inesperado de los acontecimientos, Carlos Martín y Santiago Mouriño formarán parte de la pretemporada rojiblanca, al menos de sus primeras estaciones. Las primeras semanas se dividirán entre el Cerro del Espino y Los Ángeles de San Rafael y, todo indica, que se llevará a cabo una gira asiática. Quizá en ese trayecto, el Real Zaragoza haya podido obtener una respuesta a sus peticiones. Pero antes hay un paso previo ineludible: el Cholo Simeone quiere ver a los dos en la dinámica habitual rojiblanca.
Carlos Martín y Santiago Mouriño reúnen dos cualidades que Víctor Fernández siempre ha apreciado especialmente. El talento del primero y la calidad física del segundo. Víctor Fernández quiere un crecimiento concreto de la plantilla en ese aspecto y una de sus voluntades es preservar lo que ya ha tenido en este curso. Mouriño responde a ese patrón y Martín, además de ser un distinto en el juego, también posee capacidad para ganar partidos a través de los duelos.
Las palabras que proceden desde Madrid son claras en torno a las apuestas. La propiedad “va a poner toda la carne en el asador” para la construcción de un proyecto ambicioso. Para Víctor una buena medida de esa apuesta pueden ser los futbolistas que procedan del Cerro del Espino. En este curso, no servirán todas las pruebas, sino jugadores capaces de cambiar la suerte. Aunque sean complejas, todo indica que Carlos Martín y Santiago Mouriño están entre esas propuestas.