La lanzadora del Alcampo-Scorpio 71 Natalia Sánchez quiere cerrar la temporada estival por todo lo alto. Pescara (Italia) es el escenario donde este fin de semana se celebra el Campeonato de la Unión Mediterránea Sub23 y va a por todas. No es de extrañar. La madrileña llega tras el título sub23 y el bronce absoluto al aire libre de la especialidad. En este momento, la madrileña del club zaragozano dispara el martillo a 65,69 metros, actual récord de la Comunidad de Madrid.
Desde la temporada 2016/17 pertenece al club zaragozano. Se siente ‘gata’ absoluta. Eso sí solo tiene palabras de elogio para la entidad aragonesa: “Son maravillosos”, recalca. Con los estudios de Electromedicina Clínica -mecánica de aparatos médicos y veterinarios eléctricos- ya firmados, ahora, a sus 22 años, va a empezar los estudios de Mantenimiento Aeromecánico de aviones con motor de turbina. Se ríe cuando se le pregunta si es la más lista de clase. “No lo sé. Lo intento, soy una estudiante normal aunque reconozco que los nombres son impresionantes”, desliza.
Deportivamente tiene claro que está a punto de cerrar una temporada de “ensueño”. Quiere hacerlo por muchos factores. Quizá, uno de los más importantes por su entrenador. ¿Y quién es? Lázaro Linares, 87 años cumplirá en noviembre, una referencia en el atletismo español. Lleva con él desde que Natalia Sánchez tenía 11 años. Se conocieron en una jornada de tecnificación en el colegio Tajamar. Su hermana mayor, Loli, asistía para lanzar el disco. Natalia y su melliza, Iris -que también estuvo en el Scorpio-, probaron y los resultados de Natalia impactaron. Le presentaron a Lázaro Linares y el técnico lo tuvo tan claro que le espetó: “Voy hacer de ti una campeona de España. Y desde entonces estoy con él”.
La evolución de Natalia Sánchez ha sido una constante. En 2017 fue séptima en el Mundial juvenil que se celebró en Kenia, en 2018 estuvo en el Mundial júnior de Finlandia y el año pasado en el Europeo sub23 de Estonia donde acabó la 13.
“A Pescara voy con el objetivo de llevarse un metal. Si puedo quedar primera mejor. La mentalidad con la que voy es con la más alta, porque si no vas así no llegas a nada”, afirma entre risas. El único ‘pero’ a la cita italiana es que no va con su entrenador. Viaja con la Rfea y los entrenadores son los de la selección. “No es lo mismo, porque Lázaro mueve una ceja y ya sé lo que quiere decir, apostilla.
A la especialidad de martillo llegó después de probar, indica, “todos los palos”. Ha corrido, saltado, ha probado el disco y hasta la jabalina -“con la que me di hasta en la cabeza, bueno con el asa del martillo también”- pero es el martillo lo que le llena. Y allí está, con el objetivo de ser campeona española absoluta de la especialidad siendo madrileña y defendiendo el escudo de un equipo aragonés.