El sueño de quienes navegan por debajo de la elite del fútbol español en la Copa es plantarse en una eliminatoria contra un Primera y si es posible que sea un equipo europeo. Pero antes hay que desactivar las minas sembradas en el peregrinaje. El Huesca atesora buenos recuerdos de anteriores competiciones. Esa eliminatoria contra el todopoderoso Barça no se quiere quedar en el recuerdo. Es más, se quiere repetir y sueña con jugar entre los más grandes. Algún día será. De momento, toca esperar. || FOTOS DEL PARTIDO.
El Valladolid se presentó en El Alcoraz para jugar ese todo o nada de esta ronda en la Copa y lo hizo mejor, porque el Huesca se gripó en defensa. Rubi anunció que el partido le iba a servir para ver en tensión a jugadores que hasta ahora han tenido menos minutos y tan solo continuaron de inicio respecto al encuentro contra Osasuna Luso y Akapo. Y la salida fue de pura hambre con un Rulo desatado en unos primeros minutos con la impresión de un partido de esos de quilates, de los que gustan a la afición. Pero conforme llegaron los minutos se diluyó. Por las bandas y por el eje de la defensa el Valladolid encontró demasiadas facilidades. Los castellanos, también salieron muy cambiados respecto al once que ganó en Liga al Tenerife en esa filosofía de dar minutos a los menos habituales.
La primera ocasión llegó de la mano de Camacho que buscó el gol al ver a Becerra adelantado y ya se sabe que el capitán tiene un guante en su bota. El partido entró en unos minutos de coger al rival por las solapas. La tuvo Villalibre en un fallo de Carlos David, pero no ganó el mano a mano con Bardají y contestó el Huesca con Rescaldani. Salsa desde luego tenía la Copa y diversión, también, el problema es que el de casa no dominaba y el navajazo llegó de la mano de una contra que firmó Óscar Plano con un error en cadena de toda la defensa del conjunto azulgrana. Lo mejor, por buscar algo bueno, es que por delante quedaban minutos suficientes para dar la vuelta a ese resultado.
El problema del Huesca surgía en su centro del campo. Sin gobierno no había mando. Y el Valladolid encontró dos autopistas por los laterales del Huesca que se veían superados. Sergio Marcos la tuvo, pero se lió con su disparo para fortuna del Huesca. El problema era que el conjunto de Rubi estaba sin argamasa, un poquito largo, lo que impedía dar cobertura en defensa -muy desacertada en ambos actos- y lanzarse con contundencia al ataque por lo que había que esperar a un golpe de fortuna para conseguir el empate o a la genialidad de Camacho o Vadillo. Pasada la media hora, se reclamó un penalti a Rescaldani. Pareció claro. El defensa midió mal y confundió la cabeza del 9 con un balón. Nada punible para el árbitro. La vida sigue igual.
Conforme pasaron los minutos, las ganas de ganar el vestuario eran una urgencia con una defensa del Huesca desconocida, rota y preocupante por su fútbol en un partido con la tensión propia de la competición. Villalibre tuvo dos claras y Bardají se puso el traje de salvador. Lo mejor era solo el 0-1. Podía ser peor con dos centrales sin poderío ante el Valladolid. Y aún así, Camacho la tuvo cerca para empatar.
El segundo acto se abrió con un Valladolid que volvió a aprovechar un desajuste para que Villalibre marcara ante la lentitud de la defensa local. Un 0-2 doloroso, porque no fue producto de la elaboración de un mejor juego sino por la descomposición de una defensa descolocada, sin alma. Y puestos a complicarse las cosas, una falta clara de Cotán a Vadillo que se iba solo se quedó sin sanción, y sí hubo tarjeta para Carlos David en la siguiente jugada. Si las cosas iban mal, el colegiado decidía ser protagonista.
Rubi decidió agitar su equipo, reactivarlo con el cambio de Gallar y Cucho con media hora por delante… cuando Carlos David vio la segunda amarilla en un partido negro para el central. No le varió los planes a Rubi que sacó a Camacho y Vadillo del prado para intentar taponar las vías de agua que tenía el equipo ante un Valladolid absolutamente cómodo. En el ecuador de la segunda parte, Villalibre la volvió a tener y Bardají se la volvió a sacar.
El partido entró en esos minutos donde los locales y su afición pensaban más en terminar que en seguir. Cuando no te sale nada bien, poco puedes hacer. Y es que las pocas ocasiones que se crearon, las que te podían permitir meterte en la eliminatoria se perdieron. Rubi cambió a Iñigo López y puso en el campo a Sergio Sánchez, recuperado para el fútbol y fichado en su día por el Real Madrid lo que es síntoma de que en sus piernas y en su cabeza tiene mucho fútbol.
De lo sucedido en esta eliminatoria tan solo queda extraer pronto las conclusiones de lo ocurrido para buscar cómo evitarlas. Perdida la Copa, toca concentrarse en la Liga. Ahora, a por el Sevilla Atlético de Tevene y Corona.
LA FICHA
SD Huesca: Bardají, Rulo, Carlos David, Íñigo López (Sergio Sánchez 75′), Akapo, Luso, Sastre, Vadillo (Cucho 63′), Ferreiro, Camacho (Gallar 63′) y Rescaldani.
Real Valladolid: Becerra, Moyano, Sulayman, Kiko Olivas, Ángel (Calero 47′), Anuar, Cotán (Luismi 86′), Toni, Sergio Marcos, Óscar Plano y Villalibre (Mata 75′).
Goles: 0-1 Óscar Plano min.16. 0-2 Villalibre min.49
Árbitro: Álvaro Moreno-Aragón (comité madrileño). Amarillas a Suleyman 46′, Toni Villa 62′), Cotán (83′) y doble amarilla a Carlos David 53′ y 60′.
Incidencias: Partido correspondiente a la 2ª ronda de la Copa del Rey disputado en el Estadio El Alcoraz.