El Huesca ha respondido con solvencia a un partido clave, el que marcaba si todavía aspira a la fase de ascenso o si se contentaría con dejarse ir en tierra de nadie. Lejos, en todo caso, del peligro. Y los azulgranas, como todo el curso, han tirado de ambición. Nada de encogerse. Una segunda parte magnífica en lo colectivo ha permitido superar al Valladolid, que solo fue mejor la primera media hora, y dejar a los de Anquela a cuatro puntos de la sexta plaza y diez sobre el descenso. Demostrado que lo de enero fue un bache que se ha dejado atrás, el cuadro altoaragonés se permite seguir soñando. || FOTOS DEL PARTIDO.
Dentro de la excelente respuesta coral, un nombre propio. Sustituía al mejor hombre del último mes y David Ferreiro ha respondido con el gol de la victoria. Sin Vadillo, el Huesca se ha aferrado al gallego. El fútbol tiene estas cosas para felicidad de un técnico que revisa con alivio su fondo de armario. Esta tarde, las entradas de Kilian y Vinícius por Alexander y Borja Lázaro han resultado extrañas en su concepción. El desarrollo de los acontecimientos ha dado la razón al jienense, que ha encontrado revulsivos en estas dos piezas y los oscenses ya no se han descabalgado en intensidad y ocasiones hasta el pitido final.
Este equipo depara soluciones para casi todo. Sin la pareja de moda, es decir, sin Vadillo y con Samu neutralizado por la línea defensiva del Pucela, ha sido el encuentro de los centrales, de la sobrenatural capacidad física de Akapo y de la seguridad sin complejos de Aguilera, una máquina de robar balones, y Melero. Y por muchos planes que hubiera trazado Paco Herrera, parar a este Huesca es como contener el Cantábrico cuando la mar viene picada. Con un entusiasmo juvenil y la capacidad de trabajo de japoneses, se sigue aspirando a todo.
El gol no llegó hasta el 80 pero el Huesca lo mascó mucho antes. Por cierto, en el 59 Guitián había cometido un penalti sobre Borja Lázaro que Pérez Montero prefirió obviar. Ferreiro y Akapo lo fabricaron y pudieron gritarlo con sendas oportunidades en el 62 y el 66. La marea se fue tragando a los blanquivioletas y en el 80 Akapo lanzó un trallazo que se estrelló en la cruceta y el gallego recogió el rechace con tiempo para pensarse hasta dónde ponerla. El Huesca en su versión más pura superó al de la primera mitad, maniatado a menudo por los visitantes y con los cables cortados. Costó que la defensa conectase con el ataque y el Valladolid vivió con cierta comodidad hasta que se le apagaron los focos del todo en el receso.
Preocupado por parar a Samu, se desfondó y olvidó que hay un gallego loco por reivindicarse. Ni los charcos del césped detuvieron a un equipo que puede permitirse tirar de un Kilian que hasta hoy solo había disputado ocho minutos en la Liga. O que desborde un Akapo entre algodones durante toda la semana. Diez puntos de los últimos doce catapultan de nuevo a los oscenses, que se preparan para afrontar el último tercio del campeonato con la misma calma y seguridad en sí mismos que en los últimos diez minutos de una tarde que le ha robado su primer gol a Vinícius por un discutible fuera de juego. El Valladolid, al que se ha vencido las dos veces, queda atrás y aún deben acudir al Alcoraz Tenerife, Cádiz, Getafe o Lugo. Primero, a Almería.
FICHA TÉCNICA
SD Huesca: Sergio Herrera; Akapo, Iñigo López, Carlos David, Soriano (Brezancic, 78’); Aguilera, Melero; Alexander (Kilian, 60’), Ferreiro, Samu y Borja Lázaro (Vinícius, 65’).
Real Valladolid: Pau Torres; Moyano, Guitián, Álex Pérez, Balbi (Drazic, 81’); Leao, Míchel; Jordán, Sergio Marcos (Ángel, 51’), Arnáiz (Juan Villar, 58’) y De Tomás.
Gol: 1-0, minuto 80, Ferreiro.
Árbitro: Pedro Jesús Pérez Montero, del Colegio Andaluz. Ha amonestado al futbolista local Melero (21’) y a los visitantes De Tomás (76’), Javi Moyano (88’) y Juan Villar (92’).
Incidencias: Partido de la 28ª jornada de Segunda División disputado en El Alcoraz ante 3.125 espectadores. Terreno de juego en irregulares condiciones, con zonas encharcadas.