El Huesca otea el cielo y este le devuelve una mirada ganadora. La sonrisa beatífica del hoy homenajeado Armando Borraz, el inagotable trabajo de Jesús Viñuales por el azul y grana. Hasta el aficionado ateo ha de creer en los milagros. Al Huesca se le está poniendo color de que va a lograr algo grande. Le sale todo. Hoy, el gol de Alexander con el tiempo cumplido sirve para situar a los oscenses a un solo punto de la fase de ascenso y premia una sed infinita, que pasa por encima de las situaciones terrenales de los partidos. 43 puntazos indican las frías Matemáticas.
Porque los azulgranas tal vez no han merecido ganar. Pero qué es hacer más méritos o menos cuando la fe mueve montañas y el equipo sabe que es su año. La suerte se busca y a veces se encuentra. En ocasiones el destino señala a hombres como el venezolano, que no ha sido titular y ha accedido al terreno de juego por la lesión de Vadillo a los 11 minutos. El Huesca la ha hallado en el descuento cuando el empate quizá precisaba mejor lo que ha sucedido en El Alcoraz. El Mallorca, que ha venido a que no pasase nada, se ha encontrado el primer tanto de Melero y cuando se ha dado cuenta de que o movía la bola o se ahogaba ha hallado un premio provisional con el empate de Moutinho en el 87. El resto es desde ya historia de este club.
No lo será, desde luego, un choque bronco que los bermellones han estado a punto de llevar a su terreno. Al Mallorca le queda el remordimiento de que con más fútbol podría haberse dado un respiro en su agónica situación. Con dos o tres ideas muy claras para cortocircuitar a los locales, el conjunto de Anquela se ha aferrado primero al balón parado y luego a un centro al área. A veces el fútbol es mucho más sencillo de lo que lo queremos analizar. El ejercicio de resistencia azulgrana ha bailado en el alambre con el empate visitante a tres minutos de los 90. Haría bien el plantel en ir el lunes a comprar unos cuantos boletos de la lotería.
Eso sí, el Mallorca no ha querido dejar nada al azar. La premisa ha residido en no dejar ni respirar a Samu, con un marcaje al hombre de Yuste y en cerrar las bandas para evitar los accesos de los extremos. La lesión de Vadillo, que no reviste gravedad, ha dado paso al inopinado héroe de la tarde pero no ha revertido las malas vibraciones de un Huesca lento. Sin la acostumbrada eficacia de Aguilera y Melero en campo ajeno, para colmo Herrera ha tenido que emplearse a fondo en el 25 ante Dalmau para evitar el 0-1. Un paradón de ángel. Hasta el descanso, el cuadro altoaragonés ha acusado la falta de conexión de los de arriba.
El Mallorca ha minado el partido con faltas soterradas y acciones feas a las que el árbitro no ha sabido o no ha querido poner coto. Ansotegi y Aguilera, con el primer remate del Huesca en el 48, han probado suerte de cabeza tras el descanso, que no ha sentado bien a los bermellones. O se les ha olvidado que Samu andaba por ahí, cada vez más urgidos a realizar algo de utilidad. De un robo del Rubio ha partido el 1-0. Error grave de Raíllo, que ha perdido una pelota capturada por el madrileño. Su centro ha dado pie a un saque de esquina aprovechado por Melero tras aprovechar un rechace y llevársela con el empuje infinito de sus 23 años. Séptima diana y pichichi.
El escenario se ha tornado propicio, si bien el Huesca no ha sabido dotar al encuentro de un ritmo calmado. El Mallorca, a cara o cruz, ha cambiado sus piezas de ataque y casi le surte efecto. Ansotegi ha disparado al larguero en el 75 y antes se ha dado un posible penalti a Aguilera. Nada más lejos de la calma que el final de la tarde, pues los bermellones se han ido arriba con todo y hallado un empate merecido tras lograr que la histeria cundiese en el equipo que iba en ventaja. Moutinho ha lanzado duro desde la frontal del área y pegado al palo derecho de Herrera.
Con el 1-1 parecía momento de economizar más que de arriesgar. Pero este Huesca no conoce el significado de la palabra miedo. Han pasado muchas cosas. Otra hipotética pena máxima, esta vez sobre Samu, que le ha valido la expulsión por protestar a un Kilian que estaba calentando en la banda; un paradón descomunal de Cabrero con el pie a Vinícius y el éxtasis. Habrá que cobrarse un pelo de la cabeza de Alexander como reliquia. El centro de Soriano en la izquierda ha anunciado con exactitud todo lo que queda por conseguirse esta campaña. El testarazo del venezolano, que se despide así antes de marcharse con su selección, se une a la colección de goles inolvidables de este club. De promesas que las cabezas ya se atreven a verbalizar sin miedo y de guiños llegados del mismísimo Paraíso.
FICHA TÉCNICA
SD Huesca: Sergio Herrera; Akapo, Iñigo López, Carlos David, Soriano; Aguilera, Melero; Ferreiro, Vadillo (Alexander, 11’), Samu y Borja Lázaro (Vinícius, 65’).
RCD Mallorca: Cabrero; Yuste, Ansotegi, Raíllo; Angeliño, Juanjo Nieto, Culio, Salomao (Moutinho, 75’), Lago Júnior; Dalmau (Brandon, 54’) y Lekic (Pol Roigé, 62’).
Goles: 1-0, minuto 56, Melero. 1-1, minuto 87, Moutinho. 2-1, minuto 93, Alexander.
Árbitro: Francisco Manuel Arias López, del Colegio Cántabro. Ha amonestado a los jugadores locales Ferreiro (7’), Melero (72’), Iñigo López (75’) y expulsado por doble amonestación a Kilian mientras se encontraba calentando en la banda (89’). Iñigo López no podrá jugar ante el Mirandés por acumulación de amonestaciones. En los visitantes, amarillas a Yuste (44’), Angeliño (48’), Lago Júnior (52’) y Lekic (59’).
Incidencias: partido correspondiente a la 30ª jornada de Segunda División disputado en el estadio del Alcoraz ante 3.250 espectadores. Tarde agradable y terreno de juego en buenas condiciones. Antes del encuentro se ha tributado un homenaje al expresidente azulgrana Armando Borraz, fallecido el pasado 9 de marzo, y se ha guardado un minuto de silencio en su memoria.