Algún día sería bueno que alguien determinara qué es un penalti y qué es un ‘penaltito’. A Escriche no le pitaron uno en la primera parte y el Cartagena ha ganado al Huesca con uno de esos que, en teoría, esta temporada ya no se pitan. Hashimoto tocó a Tejera y el penalti, también es cierto, hizo recompensa a lo visto hasta entonces. Sencillamente, el Cartagena ha sido mucho mejor que el Huesca y refugiarse en lo sucedido en el minuto 96 sería un error.
Antes hubo una historia amplia y la necesidad de que lleguen nuevas piezas para Ziganda. Cuando mejor estaba el Huesca no movió el marcador, cuando el Cartagena se las prometía felices apareció Kante para empatar el encuentro. En un deporte donde casi todo está automatizado, visualizado y preparado hasta el milímetro, el error es el mejor aliado. La fórmula directa para encontrar el gol. Falló Anglada en un despeje y provocó el penalti con el que Ortuño adelantó a los cartageneros. Jairo se lió en el centro del campo al despejar un balón, Tomeo se la puso a Soko y este a Kante para empatar el encuentro.
Pero pese a todo, por encima del error, el criterio. Y el Cartagena tuvo más que el Huesca con el balón y eso le llevó a dominar el encuentro y hacerse con los tres puntos en juego. Quizá en una semana marcada por el regreso de Ferreiro y Rico a la que fue su casa, y en menor medida la de Musto y Datkovic, se pasó por alto que el Cartagena es mucho más que quienes con más o menos fortuna defendieron el escudo del Huesca. Tiene a tipos como Alcalá y Ortuño a los que cuesta doblar, Musto que rasca de forma perfecta al rival, un muy buen portero, a un tipo como De Blasis que reparte y manda con criterio en un equipo que toca bien el balón y que durante muchos minutos se impuso al Huesca.
Diluidos con el paso de los minutos
Ziganda propuso el fútbol que desplegó contra el Levante. Mismo once de inicio y misma idea: correr y verticalidad. Empezó bien, y se diluyó con el paso de los minutos para arrancar la segunda parte con el buen sabor que dejó el gol de Kante. Pero en ese primer acto, el patrón de juego que marca el navarro sembró dudas, cuando el Cartagena le cogió la medida. Simplemente, le mostró las carencias que tiene y puso de manifiesto las necesidades. Está claro que hay que acertar de pleno con los que tienen que llegar. El Cartagena ahogó la verticalidad del Huesca e hizo naufragar su centro del campo donde Tomeo vio la amarilla muy pronto al tener que limpiar un error de Pulido en una entrega. De Blasis cayó centímetros antes de que pisara el área grande. El zambombazo de Alcalá entre un mar de piernas lo frenó la mano dura de Andrés Fernández para desviar el balón a su poste derecho.
El poste hurtó al Cartagena el segundo tanto en una acción tremenda que solo se empañó por el palo. Bailó al Huesca de lado a lado, pero el cabezazo de Calero no entró. Con fútbol, el Huesca estuvo desarbolado. Ziganda movió el banquillo. Puso a Valentín por el lesionado Ratiu, puso a Sielva por el sancionado Tomeu y le dio minutos a Kevin Carlos por Kante. Si la idea de Ziganda para el centro del campo era sujetarlo mejor y evitar que Tomeo acumulara otra tarjeta, Sielva vio la amarilla a los dos minutos de entrar.
Buen Soko
A falta de aguja e hilo para enlazar jugadas, el Huesca se encomendó a Soko adelante, a que en una de sus arrancadas, en uno de sus bicicletas saliera airoso y encarara a Marc Martínez o pusiera un centro para que algún compañero la aprovechara. El Cartagena siguió fiel a su guión: el de tocar con criterio buscando siempre la superioridad. Y al final lo rentabilizó. Rico aguantó el balón con serenidad para ponérsela a Calero que centró fuerte para que Ortuño la llevara adentro.
Ziganda metió a Hashimoto por Timor en lo que ha sido el estreno del japonés en El Alcoraz y a Villar por un Soko que se lo dejó todo sobre el prado. Entre medias, Ferreiro dejó su sitio entre los aplausos de la grada que tanto le quiere por Sangalli. El reloj avanzó sin que el Huesca encontrara ideas por las que canalizar su fútbol y encontrar la meta rival. El Cartagena se defendió con el balón que es la mejor forma de que no te hagan daño.
Pero este deporte, ya se sabe, es así. Y cuando no hay fútbol colectivo tuvo que ser con una jugada aislada con la que el Huesca se rearmó. Valentín entró como un puñal por la banda derecha y su último toque sirvió para que el balón entrara llorando en la meta de Marc Martínez, que dio un mal paso, se desequilibró y tan solo tocó el cuero para meterlo dentro.
El partido se encaminaba con un buen empate para el Huesca que era un resultado bastante positivo por lo visto hasta ese minuto 96, hasta el ‘penaltito’ de Hashimoto que sirvió para que Sadiku le diera los tres puntos al Cartagena.
Ficha técnica
SD Huesca: Andrés Fernández; Ratiu (Valentín 53’), Pulido, Anglada, Florian; Soko (Villar 77’), Tomeo (Sielva 53’), Timor (Hashimoto 70’), Mateu; Kante (Kevin Carlos 53’) Escriche.
Cartagena: Marc Martínez; Datkovic, Pablo Vázquez, Alcalá, Calero; Rico (Tejera 81’), Musto, De Blasis (Arribas 94’); Jairo (Jansson 74’), Ortuño (Sadiku 81’), Ferreiro (Sangalli 74’).
Goles: 0-1. Min 30. Ortuño. 1-1 min. 46 Kanté. 1-2 min 65. Ortuño, 2-2 Marc Martínez (pp). 2-3 min. 97 Sadiku.
Árbitro: Álvaro Moreno. Amarillas Tomeo 13’, Rico 44’, Sielva 55’, Jairo 68’, Tejera 88’, Valentín 96’.
Incidencias: partido disputado en El Alcoraz con 6.128 aficionados en las gradas. Antes del inicio se rindió un homenaje a Chera por sus 20 años en el club, 7 como jugador y 13 como utillero.