La SD Huesca sigue en estado de gracia y su última victoria en Castalia -con gol de Loureiro- ante el CD Castellón (0-1) confirma el gran momento del equipo. Miguel Loureiro, el mejor del partido, analizó el partido en el que los azulgranas lograron su tercera victoria en cuatro jornadas, manteniendo su invicto en 2025 y sin haber encajado un solo gol en el año. “Muy felices. Sabíamos que era un partido complicado, pero queríamos alargar esta racha lo máximo posible. Estos tres puntos son oro.”
El tanto, que en un primer momento generó dudas sobre si lo había empujado Iker Kortajarena, finalmente fue atribuido a Loureiro, quien se mostró orgulloso de aportar al equipo. “Todavía no me lo han confirmado al 100%, pero creo que cuando le ha dado a Iker ya estaba dentro. Estoy muy contento por ayudar al equipo a sumar tres puntos.”
Un equipo que sabe sufrir
El Castellón dominó la posesión y sometió al Huesca en muchos tramos del partido, pero los de Antonio Hidalgo se mantuvieron firmes y sólidos en defensa. “Sabíamos que aquí en Castalia iba a ser complicado llevar la iniciativa. Teníamos un plan y lo llevamos a cabo. Nos tocó sufrir, pero también somos un equipo fuerte en eso.”
Para Loureiro, la clave del éxito del equipo oscense radica en su solidaridad y capacidad de sacrificio: “Desde el primero hasta el último, la gente que sale del banquillo siempre nos da un plus. La solidez y el trabajo colectivo son increíbles.”
Un mensaje de ambición, pero con los pies en el suelo
Con diez jornadas sin perder, el discurso de luchar por la permanencia empieza a quedarse corto, pero Loureiro mantiene la prudencia: “Vamos día a día, paso a paso. Nos encanta transmitir ilusión y ambición, pero lo primero es el objetivo. Luego ya veremos hasta dónde podemos llegar.”
Aun así, el lateral deja claro que el equipo tiene hambre de más y está dispuesto a seguir compitiendo al máximo: “Somos gente con ganas de crecer. No sabemos hasta dónde nos dará, pero tenemos claro que queremos superarnos cada día.”
El Huesca sigue firme en su camino y su afición empieza a soñar.