Cierto es que eran otros jugadores, otro entrenador, otro escenario y no se pueden ni deben comparar; pero tras el partido ante el Cádiz me vino un fogonazo. Una SD Huesca 2 Levante 2 de mediados de noviembre hace dos temporadas, que acabó así milagrosamente y en el que el Huesca tiró más de 30 veces a puerta.
Ahora no recuerdo si fueron 31 o 33. Aquello dio para elevar la lírica de un equipo que no ganaba, pero que conseguía con ese dato acallar la realidad de que hacía agua por muchas partes. Fue un poco de pan para acallar el circo durante unos días.
Increíble que el Huesca no ganara aquel partido, pero no lo ganó. Fue injusto que tanto trabajo se tirara por tierra con tan poco acierto, pero aquello ya pasó.
Curiosamente, algo menos de dos años después el Huesca retornaba a Primera División en su estadio. En él, pasó de tirar más de 30 veces aquel partido, a cero tiros a puerta frente a los de la bahía.
La cosa no es para poner el grito en el cielo, pero sí los pies en el suelo, porque incluso yo mismo me ilusioné ligeramente tras el partido ante el Villarreal. Obvio que no pensaba bajo ningún concepto en un Huesca peleando Europa pero pensé: “Caramba, igual este año la SD Huesca gana más partidos, igual sufre menos, igual nos hace disfrutar un poco más.” Supongo que la realidad nos dio en la cara, quizá de una forma injusta, porque bien poco hicieron los amarillos para ganar, o quizá, bien poco hizo el Huesca para evitar eso.
Una autocrítica al fin
De todas formas, méritos al margen, el Huesca se equivocó dos veces y regaló dos goles. El Cádiz no se equivocó; fue ordenado, rocoso, se cerró sin sufrir y estuvo cómodo aunque cruzara poco a campo contrario. Pisar tres veces el área rival le bastó para recoger los detalles azulgranas y echarse tres puntos al zurrón. El Huesca, sin ser desastroso fue impotente, le puso ganas pero no se vieron reflejadas en acierto, y cuando tocó cambiar el guion, no lo hizo.
Honra escucharle a Míchel que quizá tendría que haber cambiar el guion y que al no hacerlo se equivocó. Al menos acabamos ambos el partido con la misma sensación. Esto no aseguraba ni el empate ni la victoria, sino intentar otra cosa que no siempre el mismo y repetitivo plan, por más a gusto que técnico y equipo se muestren con el plan preestablecido de serie.
Sinceramente creo que la SD Huesca no puede permitirse el lujo de ir perdiendo y quitar a unos de sus dos goleadores del campo, para seguir jugando a lo mismo. Igualmente creo que con los bueyes que ayer conformaban el banquillo, el Huesca no puede arar una salvación en esta categoría. A buen entendedor, pocas palabras bastan.
Es la segunda jornada, seguramente llegará alguna pieza más para el puzle y el Huesca mejorará, no me cabe ninguna duda. La sinceridad de Michel me hace pensar que si se repite la situación frente al Cádiz o un caso muy parecido, cambiará el plan visto lo visto en este partido.
Espero que si eso llega, tenga mimbres más efectivos para arreglar lo que no funciona. Tampoco nos pongamos nerviosos, ni siquiera inquietos. Hay material para hacer mejores cosas que lo visto frente al Cádiz, así que manos a la obra, los que corren y los que fichan.