Sabiñánigo, Huesca, Barcelona y Lima. Cuatro localidades que, a simple vista, poco tienen que ver entre sí y que, sin embargo, esconden algo en común, un sentimiento azulgrana que crece año tras año. Acompáñennos en un viaje a través del Valle de Tena, de la capital del Alto Aragón, de la Barcelona más oscense hasta las lejanas tierras peruanas. Un viaje para descubrir el germen de una marea azulgrana que crece y crece, un viaje para descubrir el amanecer de las peñas de la SD Huesca.
Desde el barro de Tercera
Para los que llegaron a este barco ya en plena travesía, viento en popa a la élite del fútbol español, no conocieron al Huesca más humilde, aquel que se recorría los campos aragoneses de Tercera División creando, incluso, una animadversión hacia ellos. En esos momentos, cuando el conjunto azulgrana deambulaba por categorías inferiores sin un propósito claro, apareció la primera de las peñas de la SD Huesca: la Peña Moya.
Allá por el 2005, Alberto Ibor, junto a un grupo de amigos, decidieron reunirse para seguir fieles al equipo en sus aventuras por Tercera División. Por aquella época, Ibor recuerda que incluso la mujer del presidente de aquel momento (Jesús Viñuales) era la que se encargaba de coser las medias de los jugadores. “Para que te hagas una idea de lo que era en aquel momento”, ríe. Sin embargo, poco a poco esa situación cambió y en el 2008 llegó el primer ascenso a Segunda División. El resto es historia.
“En la vida me imaginaba que el Huesca pudiese llegar hasta donde está ahora, ¡si ni siquiera me paraba a pensar en que pudiese llegar a Segunda!”. Alberto se siente muy orgulloso de haber vivido todo desde el principio ya que, ahora, disfruta de cada partido en Segunda y, sobre todo, en Primera, como “una verdadera fiesta”. Porque, “aunque nos metan seis como el día contra el Valencia, esto sigue siendo un regalo”.
Para el socio de la Peña Moya, cada experiencia que ha vivido gracias a la SD Huesca, es algo único: “Momentos como el de Lugo, junto a mi padre, son recuerdos que llevaré conmigo toda mi vida”, añade.
Un sentimiento de provincia
Si algo ha destacado el discurso que se mantiene desde el club en los últimos años, es que la SD Huesca no solo es un equipo de una ciudad, sino de toda una provincia. El sentimiento de identidad de club se ha ido extendiendo poco a poco por todo el Alto Aragón dando origen a peñas en Radiquero, Ayerbe, Peralta de Alcofea, Sabiñánigo, Biescas, Gistaín, Jaca o Monflorite.
Somos un equipo de pueblos, pero ojo que somos muchos
El de la peña de Sabiñánigo, el Frente Serrablés, es un caso bastante peculiar. Pese a ser un pueblo de 9.000 habitantes, ha logrado colocarse como la peña con más socios de toda la SD Huesca con más de 300 miembros. Carlos Blas, presidente del Frente Serrablés, se muestra muy orgulloso de lo que han logrado entre todos, un grupo “no solo de Sabiñánigo sino también de todo el Valle de Tena o incluso del Valle del Sobrarbe”.
“Se agradece ese discurso que mantiene el club de que es un equipo de toda una provincia, además de las campañas de apoyo al medio rural que realizan. Nos sentimos parte de todo esto y da igual de qué pueblo seamos“, destaca el serrablés.
Y es que, como también comenta Alberto Ibor: “Somos un equipo de pueblos, pero ojo que somos muchos”.
Un salto a nivel nacional
Con la primera llegada del conjunto oscense a Primera División, los aficionados comenzaron a moverse y a crear peñas para vivir un año histórico que no tuvo el final deseado. Sin embargo, fue durante el 2019 cuando los azulgranas dieron un paso más allá y decidieron crear peñas fuera de Aragón.
De esta manera, apareció la Peña Huesca de Barcelona, un proyecto donde Amadeo Ibarz tuvo mucho que ver. Barcelonés de nacimiento pero de padres aragoneses, comenzó a seguir al equipo desde sus andaduras por Cataluña en Segunda ‘B’ allá por el 2006. Su fervor azulgrana creció poco a poco hasta el punto en el que, por aquellos años, hizo una promesa por la que le tildaron de loco. “El día que el Huesca llegue a Primera, recorreré todos los estadios donde juegue como visitante”, se dijo. Y dicho y hecho.
“Fue entonces cuando comencé a madurar, junto a varios amigos, la idea de crear una peña en Barcelona. Poco a poco esta idea se convirtió en realidad y justo antes del confinamiento creamos la Peña con sede en el Centro Aragonés de Barcelona”, explica. Su inauguración se vio interrumpida por la llegada del COVID-19; ahora, Amadeo solo piensa en que llegue el día donde puedan estrenarla como es debido, todos juntos. “Queremos movernos mucho pero con todo esto, nos limita bastante”, explica.
Y la marea llegó al otro lado del charco
Sin duda, la creación de la Peña de Londres y de Lima fueron el mayor impacto que se produjo en la afición azulgrana durante la última temporada. Nadie se hubiese imaginado que el fervor -y las peñas- por la SD Huesca pudiera llegar tan lejos. Pero lo ha hecho. Emilio Tolosana nos cuenta su experiencia desde tierras peruanas con la Peña de Lima.
Emilio, que lleva cinco años viviendo en Lima, comenzó a mover la idea junto a un matrimonio también oscense después de que su mejor amigo, trabajador en la SD Huesca, le diera la idea. “Comenzamos a hablar con nuestro entorno de amistades y poco a poco conseguimos que muchos comenzaran a interesarse por el Huesca. Ahora, somos alrededor de 45 socios”, comenta orgulloso.
Pero, ¿es sencillo poder ver Segunda o Primera División allá? Con 7 horas de diferencia en la franja horaria, la aventura de poder encontrar un bar donde echen el fútbol español se convierte en algo más complejo. “Aquí hay bastante seguimiento. El problema es el horario ya que cuando se disputan en España, aquí son las 9 o 10 de la mañana. Así que estamos hablando con varios bares para que nos pongan los partidos del Huesca”, explica Emilio.
El movimiento de esta peña trasciende más allá de ver los partidos de la SD Huesca: “Nos hermanamos con una peña (‘barra’, en Perú) del Club Alianza Lima en un acto muy bonito donde nos juntamos bastantes personas para intercambiamos bufandas, hacernos fotos… Aquí las peñas se involucran mucho en actos sociales y es algo donde también nos gustaría poder ayudar”, explica.
El efecto de LaLiga
La Peña de Lima ya cuenta con más de 40 socios. Ahora, para crecer más, el oscense bromea con un fichaje de un jugador peruano. “Cuando estuve en Colombia, fui con la camiseta del Huesca y muchos me paraban para decirme: ¡El Cucho, el Cucho! Es impresionante la tirada que tiene LaLiga”, recuerda. Sin embargo, el gran objetivo para Emilio es que la provincia de Huesca se de a conocer y “mediante el fútbol, es una manera bonita de conseguirlo”.
Alberto Ibor, el más veterano de los presentes en cuanto a experiencia peñista se refiere, analiza con ilusión el actual panorama que viven las peñas de la SD Huesca.
“Es genial ver este auge de peñas y ver cómo traspasa fronteras. Por ejemplo, tengo un amigo en Chicago que cada partido que juega el Huesca hace todo lo posible, junto a su grupo de amigos, para poder verlo. Ha conseguido que para su grupo sea un acto de la semana. Estar en Segunda y, más en Primera, da una publicidad que no nos podemos ni imaginar“, reflexiona.
Es cierto, la SD Huesca ha ayudado a que la provincia oscense vuelva a estar en el mapa tanto a nivel nacional como internacional. Porque el fútbol, guste o no, mueve mareas. Y quién sabe si dentro de poco, sabemos de la creación de una peña en Valencia, en Berlín o incluso en Japón. Vivimos el amanecer de las peñas de la SD Huesca, disfrutémoslo.