Un frío 20 de enero, José Rojo Martín ‘Pacheta‘ hizo su debut en los banquillos de la SD Huesca. No fue el mejor comienzo, cayendo derrotado contra el Getafe por 1-0, pero la ilusión y las ganas con las que cogió el equipo desde el primer momento reactivó a una afición que había dejado de creer. Desde entonces, han pasado diez partidos y el conjunto altoaragonés no ha dado ese paso necesario para salir del pozo. Hoy, el burgalés soplará las velas para celebrar sus 53 años; ¿cuál será su deseo?
Desde la llegada del nuevo entrenador azulgrana, ha habido una mejoría bastante notable en el juego del equipo. Incentivado por ese sistema 5-3-2 donde tan cómodos se encuentran los jugadores, Pacheta ha sabido sacar lo mejor de muchos de ellos. Es el caso de Seoane, Maffeo, Escriche, Doumbia, además de jugadores que ya estaban en un buen momento como Rafa Mir o Galán.
Sin embargo, los resultados no han terminado de llegar. De los diez partidos dirigidos, cinco han acabado en derrotas (Getafe, Real Madrid, Sevilla, Celta y FC Barcelona); cuatro de ellos por la mínima salvo el encuentro en el Camp Nou. Dos victorias y tres empates completan los registros obtenidos. En definitiva, resultados insuficientes para poder dar un vuelco radical a la situación que están viviendo.
Es obvio que el mayor deseo -futbolístico- de Pacheta es la salvación de la SD Huesca. Pero esto atañe a muchos más aspectos y no solo a un mero golpe de suerte. Este deseo debe sustentarse en tres patas: cimentar la defensa, recuperar jugadores claves y eliminar la mentalidad de equipo colista.
Frotando la lámpara mágica
Se suele decir que un buen ataque proviene de una buena defensa. Los altoaragoneses se están reencontrando con el gol; de hecho, en las diez jornadas de Pacheta, el equipo ha marcado 12 goles, tan solo uno menos que en las 18 jornadas de Míchel. Sin embargo, lo que parecía corregirse y asentarse en la línea defensiva en los primeros partidos -incluido los partidos contra el Sevilla o el Real Madrid- empezó a disiparse a partir de Granada.
Después de los ocho goles encajados entre Celta de Vigo y FC Barcelona, el enfrentamiento contra el Osasuna fue una gran oportunidad para recuperar la confianza. Con la aportación destacable de Vavro, la línea de tres centrales volvió a imponerse y transmitir seguridad. Pacheta cumplió un deseo como anticipo a su cumpleaños, ahora solo debe conseguir que esta solidez se mantenga en las últimas diez jornadas.
Y esto último tiene una estrecha relación con el segundo aspecto a mejorar: recuperar la mejor versión de muchos de los jugadores de la plantilla. Comentábamos anteriormente cómo ha potenciado a jugadores que no contaban tanto para Míchel pero, ¿qué ha pasado con Ontiveros, Okazaki o Borja García? Futbolistas cuya calidad debería ser de Primera División pero cuya influencia ha desaparecido por completo del mapa. En cuanto a los centrales, tanto Siovas como Pulido deben dar un paso hacia adelante y demostrar que también tienen cabida en esta categoría.
“Que se preparen”
El último deseo de Pacheta es el de cambiar la mentalidad del equipo; un objetivo que podría ser complicado para otro entrenador pero no precisamente para el burgalés. Se notó, en su llegada, que desde el minuto uno iba a tener un discurso motivador no solo para la plantilla sino también para la afición. Eliminar los complejos de club de Segunda y reforzar la identidad de un equipo de Primera.
“Que se preparen”, dijo. Con ello no quería dar al Huesca una imagen desmesurada, sino eliminar una actitud negativa que les sentenciaría como colistas de la liga. Aunque la mentalidad haya cambiado, y así se refleja sobre el terreno de juego, todavía quedan resquicios. Es el momento del cambio puesto que todavía se está a tiempo, el cumpleaños de Pacheta ha llegado justo a tiempo para pedir el mayor deseo de todos: La salvación de la SD Huesca.