Hablamos con Fernando Arnedillo, coordinador de la cantera de la SD Huesca, en una de las semanas, seguramente, más complicadas para las categorías inferiores. El duro temporal, que ha dejado los campos en mal estado, ha impedido la realización de los entrenamientos durante la semana. Aun así, Fernando y su equipo han trabajado a destajo para lograr una vuelta cuanto antes y en las mejores condiciones. Esta es la mayor definición de remar todos juntos, persiguiendo ese objetivo tan codiciado por el conjunto azulgrana desde hace unos años: consolidar una cantera fuerte.
Porque filomena no ha sido el mayor problema en los últimos meses ni en los últimos años, ni mucho menos. La COVID-19, como no podía ser de otra manera, ha afectado al desarrollo de las actividades de los jóvenes. “El mayor inconveniente ante esta situación ha sido la ausencia de competición que es la gran motivación de los chavales“, indica Fernando.
Quienes sí lo están haciendo es la SD Huesca B, protagonizando, hasta el momento, una primera temporada en Tercera División soberbia. El filial altoaragonés está manteniendo el pulso por el liderato del grupo con el CD Teruel y, jornada tras jornada, las posibilidades de ascenso cada vez son más factibles.
“Sería un aliciente importante que el club tuviera a su filial en Segunda División B aunque el ascenso de la SD Huesca B no es, para nada, una obligación. Hay que recordar que este equipo viene de un ascenso por temporada en las últimas tres campañas. Se ha llevado a cabo una remodelación en el equipo con gente de casa y otros de fuera y bajo las órdenes de Dani Aso, están realizando un gran rendimiento. Veremos cómo acaba la temporada”, analiza el oscense.
La lucha contra el fútbol moderno
Pacheta se une a la SD Huesca y con él llega una idea clara sobre los problemas que están sufriendo hoy en día las canteras más humildes y, por consecuente, los futbolistas más jóvenes. “Calma. Dejemos al niño disfrutar de este juego y crecer en un entorno familiar, en su hogar y con sus amigos”, comentaba el entrenador burgalés en una de sus ruedas de prensa más famosas cuando estaba en el Elche.
Actualmente, los clubes más adinerados poseen una poderosa red de ojeadores a la caza de jóvenes promesas que despunten desde categorías inferiores; en ocasiones, a una edad exageradamente temprana. “Es el fútbol actual; el pez grande se come al pez chico”, reflexiona Fernando.
El coordinador de la cantera de la SD Huesca nos explica que el filial azulgrana también ha sufrido en sus carnes este tipo de operaciones: “El año pasado dos chicos del juvenil, Isamel Sierra y el guardameta Iván Biarge, se marcharon al Betis y al Levante respectivamente. Álex Calvo, en el cadete, también salió rumbo al Girona pero, después de seis meses, decidió volver a Huesca. Es un ejemplo de que hay jugadores que aprecian mucho el entorno donde crecen, en su ciudad de origen y junto a su familia. Al final, es hacer una balanza entre los pros y los contras, e intentar tomar la mejor decisión para su futuro”.
El proyecto más ambicioso
Para superar esta problemática, Fernando Arnedillo tiene claro que la solución pasa por potenciar el fútbol base en el club azulgrana. Este proyecto lleva varios años en proceso y aunque se continúa trabajando en ello, todavía no hay una fecha prevista.
“Las ofertas de estos clubes son muy atractivas, no solo económicamente sino también en cuanto a los medios y recursos. Por ello, nuestro objetivo es que con ese proyecto de una ciudad deportiva y una residencia, podamos ser un club atractivo para los jóvenes y, en el caso de que reciban ofertas, tener la capacidad de realizar una contraoferta y que se queden con nosotros. En definitiva, evitar la fuga de talento”, explica el altoaragonés.
Mientras tanto, Fernando y su equipo trabajan de forma cuidadosa cada uno de los aspectos vitales en la preparación idónea del joven futbolista. Uno de los más destacados es la metodología, a cargo de Alberto De La Fuente, debido a que “se necesita unificar el juego de cada categoría para enriquecer la estructura del club y los jugadores que formamos”.
Este es el sueño de una cantera fuerte en la SD Huesca; el deseo no solo del club, sino de una afición orgullosa de su tierra que quiere ver cómo jugadores de la casa llegan a la élite del fútbol nacional. Porque solo así el pez azulgrana podrá hacerse un poco más fuerte, y sobrevivir en un estanque repleto de adinerados depredadores.