Juan Carlos vive su segunda etapa en la SD Huesca, un club en el que confiesa estar a gusto y feliz. El gallego espera, como todo el país, el final del confinamiento para volver a la rutina de entrenamiento y a la competición, una vuelta que el jugador cree ser viable.
“La sensación general es que todo el mundo quiere jugar, sea cuando sea, sacrificando los meses de verano o incluso un poco de la temporada que viene, pero siempre y cuando se garantice la salud de todos. Por ello, soy optimista de cara a la vuelta de la competición“, admitía el gallego.
Mientras tanto, Juan Carlos intenta pasar la cuarentena con ejercicios para mantener la forma y estar preparado para la vuelta a la competición: “Estar tanto tiempo encerrado se hace muy raro, más cuando se tiene una rutina de entrenamientos, partidos y viajes como la que tenemos nosotros cada semana”, explicaba.
En cuanto a las propuestas sobre la finalización de la competición, el azulgrana lo ve totalmente “injusto” ya que “los equipos deben ganarse o desmerecerse una categoría en el campo”.
“En once jornadas se puede dar cualquier cosa y más aún con un parón de tanto tiempo. Anímicamente puede repercutir en el rendimiento de los jugadores. En cuanto a nosotros, la idea no va a cambiar pero quizá nos sirva como un punto de inflexión para afrontar este final”, añadía el centrocampista.
La evolución de Juan Carlos
Juan Carlos disfruta de su segunda etapa en la SD Huesca y ha analizado las diferencias de aquel joven jugador que llegó en el 2013 respecto al que es hoy en día: “Cuando vine la primera vez tenía 21 años. Me faltaban muchas cosas que se van adquiriendo con el paso del tiempo como la regularidad y la madurez sobre el campo. Los años te hacen mejorar y conseguir ser un jugador más completo“.
De hecho, en esta etapa admite haber vivido uno de los momentos más duros de sus carrera con el descenso de categoría a Segunda División B. El segundo momento más duro fue el periodo donde pasó seis meses sin tener un equipo: “Cuando desciendes, al menos perteneces a un equipo. Sin embargo, en esos seis meses no me sentía ni de mi propia profesión“.
Sin embargo, también ha hablado de sus mejores momentos como el ascenso a Primera División con el Deportivo de La Coruña o la Copa que conquistó en Rumanía en una final épica donde marcó el penalti definitivo.
En cuanto a las razones de no haber logrado la titularidad absoluta de Míchel: “Es una plantilla muy larga y con mucha competencia. Cada uno tratamos de dar el máximo y el míster intenta elegir lo mejor para el equipo. Yo he intentado dar el máximo, a veces me salen las cosas y otras no, lo importante es que el equipo vaya a una”, explicaba.
En cuanto al final de la temporada, el gallego sueña con lograr el ascenso y ensalza la relación que mantiene con el resto de la plantilla: “Es un grupo muy bueno, y si tengo que elegir a alguien me quedo con personas como Galán, Insua, Mosquera, Míkel y Álvaro“, concluía el gallego.