Está siendo un año bonito y emocionante para Mikel Rico que, con la vuelta a Primera División de la mano de la SD Huesca, se está reencontrando con las huellas que han marcado su carrera futbolística. Primero, fue el encuentro en Granada; ahora, toca una cita aun más importante: el partido en San Mamés.
“Será una sensación extraña después de haber estado ahí durante seis años. Ver esa camiseta en el rival, ir al vestuario visitante… Detalles que, en realidad, una vez pite el árbitro, se me olvidarán”, se sinceraba el centrocampista azulgrana.
Catapultado desde la SD Huesca, Mikel Rico llegó al Granada donde demostró que tenía el nivel necesario para la Primera División. El Athletic de Bilbao no dudó en hacerse con sus servicios y rápidamente se convirtió en una pieza indispensable en el equipo. En total, 183 partidos con la camiseta rojiblanca, un cerrojo eficaz que también marcó (13 goles) y asistió (7 asistencias). Como culmen a su carrera, coronó la Copa del Rey en el 2016.
El vasco conoce muy bien cómo funcionan los leones y, sobre todo, su mentalidad: “Jugar en Madrid con uno menos desde, prácticamente, el inicio y plantar cara hasta el último minuto es algo que pocos pueden hacer. No creo que la derrota les afecte anímicamente. Vamos a tenerlo muy complicado contra un equipo que concede muy poco”.
Sin embargo, Mikel Rico confía en que los azulgranas puedan llevarse la victoria en San Mamés: “Llegamos con muy buena dinámica y con la tranquilidad de haber ganado al fin. Tenemos plena confianza para afrontar lo que viene y creo que vamos por el buen camino hacia el objetivo que nos marcamos de los 10 puntos en este mes”.