La SD Huesca está preparada para dar el siguiente paso. Un paso complejo pero necesario, que marcará la viabilidad del club de cara a las próximas décadas. Manolo Torres y Petón están convencidos del éxito de este proyecto e incluso lo afrontan con la máxima ambición posible. El motor de esta cambio será Ismael Arilla, el nuevo director del fútbol base.
Arilla es un viejo conocido en Huesca; de hecho, su padre fue entrenador del primer equipo cuando este militaba en Tercera División y lo llevó a ser campeón de la categoría. Después de dejar buen recuerdo en Tarazona, el altoaragonés fue captado por el Villarreal donde comenzó a desempeñar una función determinante en una de las mejores canteras del país.
“Ismael ha dejado una cantera impresionante para venir a este proyecto y eso lo dice todo. Estábamos muy contentos con nuestro crecimiento de cantera, que hasta hace pocos años era prácticamente inexistente; talento siempre ha habido en la provincia, pero no estaba bien trabajado”, opinaba José Antonio Petón.
El proyecto de desarrollo del fútbol base aragonés con esa nueva ciudad deportiva va por buen camino: “Tenemos el respaldo total de las instituciones para llevar a cabo este proyecto de manera rápida y eficaz”. Todo ello para convertirse en una cantera puntera. “Supone la consolidación de un club moderno que pretende ser sostenible en el fútbol profesional. El crecimiento del fútbol base es un movimiento estratégico puro. Creemos que podemos consolidarnos como una de las mejores canteras de España“, aseguraba sin rodeos Manolo Torres.
De un barco, a un trasatlántico
Ismael Arilla comenzaba su primera rueda de prensa como azulgrana con mucha humildad: “Hoy lo importante no es mi llegada, lo importante es que la SD Huesca va a tener un cambio de estrategia para explotar al máximo nuestra cantera. Queremos que los jóvenes jugadores mejoren su técnica, lleguen al primer equipo y se adapten a la perfección”.
El altoaragonés dudó muy poco en unirse a este nuevo proyecto que “llevaba siguiendo desde hace mucho tiempo”. “Me fui del Huesca cuando era un barco, ahora vuelvo con un trasatlántico”, añadía. El proyecto de la nueva ciudad deportiva arranca hoy y avisa de que será un proceso “lento y progresivo”. Además, deja claro que no quiere que el club se convierta en una amenaza para otros equipos: “Todo lo contrario, vamos a ser un paraguas para la mejora del fútbol base regional y eso repercutirá favorablemente en otros clubes”.
Villarreal y Huesca, dos realidades con más cosas en común de lo que se piensa. ¿Podría llegar la SD Huesca alguna vez al nivel del submarino amarillo? “El Villarreal es una familia y reina la humildad. Los jugadores del primer equipo arropan muy bien a los canteranos, comen todos juntos, es un ambiente perfecto para el desarrollo del club y los resultados así lo demuestran. Tenemos la suerte de que la SD Huesca también es un equipo familiar y humilde, encuentro muchas similitudes entre ambos; estoy seguro de que podemos tomar el mismo camino“, admitía Arilla.