Más de tres meses llevaba El Alcoraz sin conocer la victoria. Tres meses duros, donde se tocó fondo, que acabaron con Nacho Ambriz y que señalaron a muchos jugadores. Pero eso ya es historia. La llegada de Xisco Muñoz ha reactivado sin duda a la SD Huesca y la importantísima victoria de hoy contra un rival directo como es el Real Valladolid así lo demuestra. Se rompió la mala racha… y tuvo que ser contra Pacheta.
En una fría noche de diciembre, se vio al Huesca más vivo de toda la temporada. Los azulgranas salieron con la actitud con la que acabaron en Almería y, sobre todo, con un juego mucho más fluido y coordinado. La alegría llegó muy pronto. A los 12 minutos del inicio del partido, Ratiu, tras un gran desborde por la derecha, entregó el balón a Gaich que, sorprendiendo al defensor, se inventó un recurso de tacón para estrenarse al fin y hacer el 1-0.
Aunque la posesión pertenecía a los pucelanos, la sensación de peligrosidad venía por parte del lado contrario. A punto estuvo Jaime Seoane de hacer el segundo de la noche pero desperdició la oportunidad solo ante Roberto tras una gran triangulación con Nwakali, quien volvía a la titularidad tras ganarse la confianza del técnico balear en el partido de Copa del Rey. El arranque arrollador del conjunto oscense dio sus frutos y con una gran jugada ensayada entre Marc Mateu, Nwakali y Seoane, el madrileño puso un centro medido a la cabeza de Ignasi Miquel para que hiciera el 2-0 a los 21 minutos de juego.
Un preludio
Pacheta, que apenas fue silbado por parte de la afición azulgrana, intentó reactivar a los suyos consciente de que todavía quedaba mucho partido por delante. Así, comenzaron a llegar los primeros acercamientos del conjunto vallisoletano pero todas ellas se topaban con un monumental Andrés Fernández que se hacía gigante bajo palos.
A la media hora de partido, unos centímetros alejaron al Valladolid del 2-1 pero el balón no llegó a pasar por completo la línea de gol. El descanso llegó por fortuna para el Huesca que comenzaba a sufrir atrás. Hacía mucho que el equipo no lograba una ventaja tan bueno y no podía echarla a perder en la segunda parte.
Sufrimiento total
La muestra de confianza de manera pública que realizó Xisco hacia Nwakali fue una decisión magistral. El nigeriano estaba desatado, la versión que tanto ansiaba ver la afición azulgrana. Bien protagonizando contraataques o probando disparos imposibles desde el centro del campo.
Sin embargo, el Real Valladolid no enfrió los ánimos con los que se había retirado a los vestuarios y al final la SD Huesca recibió un golpe muy duro. En un rechace fortuito tras una gran parada de Andrés Fernández, Gonzalo Plata -jugador que persiguió la directiva azulgrana en los últimos años- recortaba las distancias.
Los pucelanos se iban creciendo a medida que los minutos iban transcurriendo mientras el miedo se apropiaba de El Alcoraz. Y entonces, cuando más encerrado estaba el equipo, llegó una rápida contra de Seoane que, con algo de suerte, acabó en el gol de la sentencia. En el últimos suspiro, Kike hizo el 3-2 con un auténtico golazo desde la frontal del área pero ya era demasiado tarde. Los tres puntos se quedaron en casa con un partido donde el Huesca supo sufrir.
Ficha técnica
SD Huesca: Andrés Fernández; Miguel, Miquel, Pulido, Ratiu (Buffarini, 75′); Mosquera, Salvador (Mikel Rico, 53′), Seoane, Mateu, Nwakali y Gaich (Escriche, 63′).
Real Valladolid: Roberto; Nacho (Toni Villa, 83′), Javi Sánchez, Joaquín, Pérez (Fede, 83′); Plata (Kike Pérez, 71′), Aguado (Cristo, 71′), Roque Mesa; Plano (Anuar, 83′), Weissman y Sergio León.
Goles: 1-0, Gaich, min. 12. 2-0, Miquel, min. 21. 2-1, Plata, min. 63. 3-1, Seoane, min. 80. 3-2, Kike, min. 94.
Árbitro: Ais Reig amonestó a Roque Mesa (25′), Javi Sánchez (35′), Plata (56′)