La SD Huesca, con 64 puntos, es líder de su grupo en la Segunda División ‘B’. Las 19 victorias que ha conseguido a lo largo de la temporada, más que cualquier otro equipo, hacen merecido el liderato. Los números están ahí, son datos objetivos. Lo que se plasma y se percibe en el terreno de juego es algo distinto, son las ideas de un técnico que creyó en su equipo desde el principio y que ha logrado con el paso de los meses que el conjunto juegue, gane y divierta a un público azulgrana necesitado de alegrías e ilusiones renovadas.
Imagen del descenso a Segunda ‘B’ en el año 2013 | Foto: marca.comEn la rueda de prensa previa al partido de Champions entre Bayern de Múnich y Oporto, Josep Guardiola dejaba una frase para el decálogo del fútbol: “En mi vida, sólo he ganado cuando he jugado bien”. El técnico de Santpedor hacía referencia a su periplo en Barcelona, donde no sólo triunfó y fue admirado por los títulos que consiguió, sino que también por la manera exquisita de hacerlo y de jugar de sus futbolistas.
Algo parecido, aunque salvando las grandes distancias que separan a los clubes Campeones de Europa de los que disputan algunos de sus partidos en terrenos de juego semi profesionales, es lo que le ocurre a la SD Huesca. Tras el descenso consumado en la temporada 2012/13, en la que el conjunto dirigido por Jorge D’Alessandro no logró la salvación, el Huesca ha estado inmerso en un vaivén de resultados y, lo que es peor; de identidad.
Aquella SD Huesca que había logrado encadenar encuentros de gran calibre técnico y táctico en la categoría de plata del fútbol español, que engrosaba jugadores de tremenda categoría futbolística en todas sus líneas, se disolvió tras el descenso y nada ha vuelto a ser igual… hasta hace unas semanas. Pablo Alfaro, David Amaral y, finalmente, David Navarro, fueron los sucesivos entrenadores que dirigieron a la entidad el curso pasado, el de después del descenso, el de ‘hay que subir sí o sí’, el de sufrir toda la temporada para al final lograr ascender. Pero todo fue un espejismo.
David Navarro no pudo reconducir el legado de Alfaro y Amaral la pasada campaña | Foto: heraldo.esCon el cartel de recién descendido, cual pez gordo que degradan en la empresa y llega a una categoría inferior, el Huesca tiraba de nombre y galones para intentar encabezar la tabla clasificatoria. El tiro les salió por la culata. Pablo Alfaro, de buenas intenciones en su inicio, fracasó. Llegó Amaral en Navidad y no logró levantar al equipo, y David Navarro, que hasta entonces se había hecho cargo del equipo filial, la AD Almudévar, intentó tirar de corazón y juventud para salvar la cara del equipo. Acabó la temporada y el conjunto alto aragonés no estaba en las posiciones de ‘playoff’ de ascenso a Segunda División. No es que el Huesca no encontrara el camino, es que no se encontraba a sí mismo.
Eliminatoria histórica frente al FC Barcelona en Copa | Fotomontaje: sporthuesca.comLa presente temporada comenzaba con buena cara. Un entrenador que venía con ganas y un equipo con las pilas cargadas. A pesar de un comienzo liguero dubitativo, sobre todo cuando la SD Huesca debía desplazarse lejos de El Alcoraz, Luis García Tevenet ha conseguido dar con la tecla y encajar todas las piezas del puzzle. Se han ganado partidos no jugando bien, pero se ha jugado bien cuando se han ganado la mayoría de los partidos, y eso es autoridad de líder. A diferencia de la pasada temporada, el Huesca no gana sus partidos por inercia ni por ser un rival con mayor talante, sino por jugar bien al fútbol. Algo tan simple y tan difícil de conseguir.
La actual plantilla nos deja una eliminatoria copera histórica ante el FC Barcelona, pero todavía algo mejor: el recordatorio de que si juegas bien tienes muchas más posibilidades de ganar un partido que si lo haces mal. “Ser grande” no te sirve de nada si no mereces serlo día tras día. Y eso, este Huesca se lo ha ganado a base de esfuerzo, con humildad… y con juego.
Salvo milagro, disputará el ‘playoff’ de ascenso a la Liga Adelante, después ya veremos qué ocurre. Pero lo que sí está claro es que, como diría Pep, “si pretendes ser el protagonista del balón, estarás mucho más cerca del gol”.
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