Por decimosexta vez en su historia, la SD Huesca participará en la Copa del Rey, una competición que no se le ha dado generalmente bien al conjunto altoaragonés. Históricamente es una competición donde los clubes aprovechan para darle la oportunidad de jugar a los canteranos o jugadores con menos minutos, donde no se espera que los equipos saquen toda su artillería en las primeras rondas. Aún así, siempre hay esa pequeña esperanza o ilusión de ver a tu equipo avanzando y haciendo un buen papel en el torneo.
La maldición de los octavos de final
En algunas ocasiones el Huesca ha hecho un buen papel en Copa del Rey. Entre la temporada 2014/15 y la 2018/19, los oscenses consiguieron los mejores resultados de su historia en competición copera. En el año 2014 el FC Barcelona, en un enfrentamiento histórico, eliminó al conjunto altoaragonés en la cuarta ronda con mucha solvencia. Sin embargo, las siguientes dos temporadas, también en cuarta ronda, estuvieron a un paso de llegar a los octavos de final.
En el año 2015 un gol del Villarreal en los últimos minutos de partido dejó a los azulgranas fuera de los octavos de final. Ese gol de Roberto Soldado privó a los oscenses de lograr su mejor hazaña hasta el momento en la Copa del Rey. Una situación similar ocurrió la temporada siguiente. Una ronda muy igualada entre la UD Las Palmas y la SD Huesca en la que una vez más el conjunto oscense fue el equipo que cayó eliminado por la mínima.
Dos temporadas más tarde, el Huesca volvió a encontrarse en la misma situación. Se plantó en la cuarta fase de la Copa del Rey frente a un Athletic Club de Bilbao con ansias de ganarla. Nada pudo hacer el conjunto azulgrana: salió goleado en los dos partidos y se despidió una vez más del sueño de los octavos.
Cada año peor
Cultural Leonesa, Alcoyano y Girona han sido los verdugos de la SD Huesca estos últimos tres años en la Copa del Rey. Tres años en los que el conjunto azulgrana ha caído en la segunda ronda del campeonato del KO. Por ahora es la peor racha que ha tenido en esta competición. Y los aficionados oscenses esperan que el equipo sea capaz esta temporada de hacer un mejor papel que el de los últimos años.
Los de Ziganda, que regresan hoy a los entrenamientos, llegan en un momento de tranquilidad al primer partido de Copa y sin presión ninguna. Las bajas de Carrillo y Gerard Valentín, que se únen a Sielva y Pulido (ambos con molestias), y otras tantas rotaciones, forzaran varios cambios en el once. El Juventud de Torremolinos, el primer escollo para recuperar la ilusión copera.