Xisco Muñoz se encontró en la SD Huesca a un equipo que acababa de salir del cascarón y que estaba perdido en una Segunda División cruel, que no tiene escrúpulos con los débiles. Lo recogió y le fue ayudando en su crecimiento, con el objetivo de que algún día alzara el vuelo. El conjunto azulgrana comienza a demostrar que tiene la capacidad de volar pero todavía queda mucho trabajo hasta que consiga un vuelo directo hacia la parte alta de la tabla.
Por ello, para el técnico balear, el partido del viernes contra el Sporting de Gijón debe ser uno de esos pasos tan importantes que tiene que dar el equipo ahora mismo. El hecho de que los asturianos vayan mal no quita el lugar donde se juega y el rival contra el que se juega.
“Es un gran equipo, no nos pensemos que vamos ahí a luchar contra un equipo muerto, debemos ir con humildad. Es El Molinón con un ambiente brutal, un entrenador magnífico y un equipo de mucha calidad que hace siete semanas iba líder. La categoría es así”, reflexionaba el azulgrana.
Despegar, con todo
Después de un empate en el feudo rojiblanco y la victoria contra el Real Valladolid, sumar en El Molinón puede ser un verdadero golpe sobre la mesa. “Es un partido para seguir creciendo y avanzando en registros, en juego y en ambición. Debemos empezar a mostrar una versión mucho más sólida y regular, manteniendo el nivel en las últimas jornadas. Estamos mejorando pero todavía no es suficiente“, añadía.
Xisco Muñoz cada vez es más optimista con su SD Huesca y gran parte de ello se deben a nombres propios: “Tengo a todos disponibles y eso es estupendo. Nwakali hizo un partido muy bueno contra el Valladolid y esa versión es la que necesitamos para que el equipo siga avanzando. Y te hablo de él como te podría hablar del partidazo que hizo Pulido o Andrés por ejemplo. Debemos entrar en una dinámica en la que todos vayamos de la mano y nos sacrifiquemos el uno por el otro”.