La primera semana de Xisco Muñoz a los mandos de la SD Huesca ha acabado con un final dramático tras caer por 0-2 contra el Leganés, en puestos de descenso. Sin capacidad para reacción, estos partidos han mostrado que la mayor parte del problema no residía precisamente en Nacho Ambriz. Aun así, el nuevo técnico azulgrana ha entonado el ‘mea culpa’ y ha reafirmado su optimismo de cara a lo que viene.
“Todo lo que hemos pasado va ser una semana importante para nosotros porque vamos a aprender y vamos a empezar a funcionar. Sigo pensando lo mismo que dije cuando llegué, que tengo un gran equipo. Estamos madurando y llevo muy poco tiempo con ellos. Ya dije que iba a ser una situación difícil y así va a seguir siéndolo, hasta el final”, opinaba el balear.
Aun así, también reconoce que la situación no es la apropiada y que el equipo tiene que dar un cambio de rumbo cuanto antes: “Tengo mucho que trabajar con el equipo y agradezco tener, al fin, una semana de entrenamientos con ellos. Me preocupa todo. El problema no es el de una línea sino el del equipo entero. Cuando entendamos que somos un equipo y que depende del trabajo de todos, a partir de ahí creceremos. Ante esto, yo soy el primero que debe trabajar para aportar más y ayudar a que todos mejoren”.
La crítica al partido
Sobre el partido, Xisco Muñoz cree que la SD Huesca tampoco se ha merecido la derrota ya que “han llegado poco y lo poco que han hecho, lo han enchufado”. El criterio con las amarillas tampoco ha sido el apropiado para él: “Cristian estaba amonestado y el partido estaba peligroso, por eso lo he cambiado. A partir de ahí, hemos perdido bastante en cuanto al control del balón como en defensa. Se ha sacado amarillas muy fácilmente”.
En cuanto a la afición, ha sido claro: “La afición ha estado de diez. Me gusta venir a casa y encontrarme con esto. Los jugadores agradecen tener un ambiente así. Es importante que esas cabezas vuelvan a tener esa confianza necesaria para rendir bien”.