El problema de las jugadas a balón parado es una traba con la que la SD Huesca lleva luchando desde la temporada pasada y que se ha dado en ambas áreas. La victoria contra el Granada significó mucho más que tres puntos; mostró también que la pizarra de Pacheta funciona y que el conjunto altoaragonés puede aportar peligro en los córneres y faltas colgadas.
Los azulgranas llegaron con esa losa a Primera División. Por suerte, la llegada de Siovas aportó esa revolución que tanto necesitaba el equipo en el juego aéreo para añadir un plus de peligrosidad al ataque. La recompensa llegó pronto, con el enfrentamiento contra el Valencia en la tercera jornada de la competición. El central griego aprovechó un buen centro de Ferreiro para empatar el encuentro. Desde aquel día, la SD Huesca no había vuelto a saber lo que era marcar un gol a balón parado.
Y tuvo que llegar por partida doble. El primero, con una jugada de manual. Un centro sacado por Galán, que encontró a Mikel Rico en el primer palo para peinarla y cambiar rápidamente la trayectoria del balón que encontró a Pulido para rematar a placer. La segunda, con un poco más de fortuna, en un movimiento colectivo al primer palo para dejar a Mir solo en el balón largo. Foulquier culminó la jugada.
Segundo deber pendiente
Sin embargo, hay una asignatura pendiente que, por el momento, la SD Huesca tiene suspensa debido a lo que arrastra de la primera vuelta de la competición. Hasta el momento, el conjunto oscense es el equipo de Primera División que más goles ha recibido a balón parado: un total de diez. Tan solo el Granada y el Cádiz se acercan con ocho tantos encajados.
Estos goles costaron muchos puntos al Huesca de Míchel con ejemplos tan claros como, precisamente, el empate en el último minuto en Los Cármenes. Seguramente esto sería una razón de peso para que Pacheta, en su llegada, estableciera desde el principio un sistema con tres centrales. Este planteamiento está dando sus frutos pues, desde la llegada del burgalés, el equipo no ha recibido todavía ni un solo gol a balón parado.