Colgar las botas probablemente sea el momento más complicado para un futbolista. Ese camino hacia un mundo desconocido entraña miedo, melancolía, recuerdos y, en cierta medida, es el paso para el que ningún jugador está preparado. Hoy El Alcoraz dijo adiós a un jugador extraordinario, uno de esos futbolistas que han marcado una época. Se fue el eterno capitán, agradecido, con lagrimas de felicidad. La SD Huesca y su gente despidió con honores a toda una leyenda. Adiós Camacho, parte ineludible de la historia. Hola Juanjo, tú nueva vida te espera.
Comenzó su rueda de prensa llena de agradecimientos. Con la voz entrecortada reconocía que “ha sido espectacular. Es un momento inexplicable. Difícilmente volveré a sentir algo así en mi vida“, mientras admitía que “siempre me he sentido muy querido, es la ciudad que me lo ha dado todo”.
De Orihuela hasta el cielo
En ese momento hacía un repaso a sus 12 temporadas en el club. Con la mirada de quien ha visto crecer el sentimiento desde aquel partido ante Orihuela con apenas 600 espectadores el El Alcoraz, a despedir al equipo en la temporada que disfrutó con todas las de la ley de la élite y en un estadio coqueto, bonito y lleno casi toda la temporada hasta la bandera. En ese repaso hacía un balance del jugador que llegó, al que se marcha hoy en día. “Ese jugador valiente, con muchísima ambición con ganas de comerse el mundo, se ha convertido en un jugador con más poso y que ha sabido transmitir los valores de la SD Huesca a todos los que han venido” admitía orgulloso de su paso a lo largo de todos estos años en el club.
Un futuro prometedor
“Veo un Huesca ambicioso, seguirá siendo humilde, pero con mucha ilusión. Desde el puesto que ocupe así lo seguiré haciendo” y reconocía que debido a su experiencia no sería difícil tener un acomodo dentro del club, aunque admitía que no sabía cual sería su función en un futuro. Eso sí, “me gustaría estar cerca de la pelota”, afirmaba.
En ese sentido reconocía el gran crecimiento institucional en todos los aspectos del club. Uno de los grandes legados de todos estos años de trabajo, esfuerzo e ilusión, hay una semilla que crece de una forma vigororosa: la afición. “En todos los sitios hay camisetas del Huesca. Me gustaría que todos los niños de la edad de mi hijo soñaran con jugar en el Huesca“, afirmaba.
La despedida soñada
“Ha sido un sueño despedirme así“. Estas eran sus palabras acerca de lo vivido en una fría pero muy calurosa noche oscense. Además, dejaba unas bonitas palabras para quien, como él, es otra de las figuras más representativas del otro gran club aragonés: Alberto Zapater. El capitán blanquillo, amigo y ex compañero de Juanjo, no dudo en asistir a un momento tan bonito para el ya ex-capitán azulgrana. “Me ha hecho mucha ilusión. El año que él debutó en Primera División fuimos compañeros de habitación en toda la pretemporada. Es un detalle muy grande que lo recordaré para siempre”, concluía.