Durante el descanso éramos felices. Resultados favorables, nosotros aguantando bien y tocando un año más en el paraíso con la punta de los dedos. Un buen Huesca en la primera parte: serio, ordenado y cortocircuitando el ataque del Betis. Pero un penalti INJUSTO, pitado por un mal árbitro, del cual ya teníamos antecedentes por sus bochornosas actuaciones contra nosotros años anteriores y que no ha querido revisar en el VAR ha cambiado todo.
Tocará ganar al Valencia sin Galán ni Vavro. Pero seguimos vivos. A principios de temporada, todos o casi todos hubiésemos firmado depender de nosotros en la última jornada. Pero qué quieren que les diga: tengo miedo. Mucho.
Han dado la cara los de siempre, y los demás, más de lo mismo. Sigo pensando que con Pacheta un mes antes la historia sería otra. Pero nos queda una oportunidad. Si alguna vez tuvo sentido eso de ‘Sin reblar’ es ahora. Estos jugadores y este entrenador se lo merecen . Y la ciudad también.
Cierro con un deseo: volver al Villamarín el año próximo. Y a tantos otros campos, ya en la grada, y con la ilusión intacta. Ojalá. Hoy no ha podido ser.