Estudios del Campus de Huesca demuestran que la natación no mejora la masa ósea, a diferencia de otras actividades físicas.
Un estudio del Campus de Huesca muestra que, a diferencia de otras actividades físicas, la natación no mejora la masa ósea. Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte han analizado el desarrollo del hueso en nadadores de 12 a 17 años, una etapa vital que se considera clave para su conformación de cara a reducir el riesgo de fracturas y otras consecuencias negativas en la edad adulta.
Los autores de estos trabajos, integrados en el grupo de investigación Genud (Growth, Exercise, Nutrition and Development) de la Universidad de Zaragoza, recomiendan que los nadadores incluyan en su entrenamiento ejercicios de saltos para compensar esta situación. E insisten en que estas conclusiones no deben desmotivar la práctica de natación –uno de los deportes más practicados en España-, ya que, indican, mejora la capacidad aeróbica y la fuerza muscular, y tiene pocas lesiones, además de contribuir, “al igual que otros deportes”, a la prevención de enfermedades.
Estos trabajos, cuyos resultados han sido publicados recientemente en diversas revistas científicas internacionales, forman parte del proyecto Renacimiento (Repercusión del entrenamiento y la práctica de la natación sobre el desarrollo metabólico y estructural del hueso en crecimiento), que financia el Ministerio de Ciencia e Innovación. Los estudios han sido realizados en una población de nadadores de diversos clubes aragoneses, que dedican entre 10 y 15 horas a la semana a este deporte.
Aunque existe un gran componente genético, el desarrollo óseo también se encuentra influenciado por factores ambientales como la actividad física y la nutrición, explica el profesor Germán Vicente Rodríguez, investigador principal del proyecto. “El hueso se encuentra en un proceso constante de formación y destrucción, predominando en las 3 primeras décadas de vida la formación para posteriormente pasar a predominar la destrucción”, continúa. Por este motivo la actividad física realizada durante la adolescencia será clave para incrementar la masa ósea y por lo tanto reducir el riesgo de sufrir una fractura en edades adultas, concluye.
Resultados del proyecto Renacimiento
Uno de los estudios derivados del proyecto Renacimiento, publicado en la revista Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports, demostró que los nadadores adolescentes presentaban valores similares o incluso inferiores que los jóvenes de su edad que no realizaban ningún otro deporte, explica este investigador, que es actualmente decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte del Campus oscense. Sin embargo, aquellos nadadores que complementaban la natación con otro deporte presentaron valores superiores de densidad y contenido mineral óseo. “El hecho de que los nadadores presenten valores inferiores de densidad mineral ósea, es sin duda una mala noticia”, señala, “ya que como refleja el estudio, practicar otros deportes de impacto sí que mejora la masa ósea”, pudiendo reducir el riesgo de sufrir fracturas en edades adultas.
El riesgo de fractura también viene determinado por la estructura de los huesos que también resultó similar entre nadadores y jóvenes sedentarios y cuyos resultados fueron publicados en la prestigiosa revista Journal of Science and Medicine in Sport.
Estos hallazgos de carácter transversal se han visto reforzados por estudios longitudinales en los que se ha valorado la evolución de los nadadores y los adolescentes sedentarios durante un año y se ha demostrado que ambos grupos ganaban densidad y contenido mineral óseo a la misma velocidad. Así, un reciente meta-análisis publicado en la prestigiada revista Sports Medicine por Alejandro Gómez Bruton y otros investigadores de este grupo oscense muestra que la mayoría de los estudios apuntan hacia la misma dirección: los nadadores presentan valores similares de densidad mineral ósea que la población de control sedentaria participante en los estudios, y menores que los practicantes de deportes considerados osteógenicos, como el fúlbol, el baloncesto, o el balonmano.
Tras los descubrimientos iniciales, el mismo grupo de investigación realizó una intervención con plataformas vibratorias durante 7 meses con el objetivo de mejorar la masa ósea de los adolescentes. Tras los 7 meses se volvieron a analizar las mismas variables óseas, para encontrar que la vibración en las dosis suministradas no había causado un estímulo suficiente para mejorar la masa ósea.
Estudios realizados por otros grupos de investigación y por el propio GENUD han demostrado, por el contrario, que el entrenamiento basado en saltos puede ser un muy eficaz para el desarrollo del hueso y por lo tanto reducir el riesgo de fractura. Por eso desde el grupo de investigación GENUD recomiendan a todos los entrenadores de natación que incluyan un breve programa de saltos al principio del entrenamiento a modo de calentamiento.
Natación
Los resultados de estos estudios “no deben desmotivar la práctica de natación”, señala Germán Vicente Rodríguez. “La natación ha demostrado mejorar la capacidad aeróbica, la fuerza muscular y el rendimiento escolar, además de ser uno de los deportes con menor incidencia lesional por lo que su práctica es altamente recomendable”, precisa. Y “al igual que otros deportes juega un papel determinante en la prevención de enfermedades”. Según la Organización Mundial de la Salud, recuerda el profesor oscense, al menos un 60% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud, lo que conlleva un aumento de enfermedades no transmisibles, con el consiguiente gasto económico, y alrededor de 3.2 millones de muertes al año.
En la actualidad la natación es uno de los deportes más practicados en España, siendo en el año 2014, según el Consejo Superior de Deportes, el décimo segundo en número de licencias federativas en España, con un total de 59.123 deportistas y 754 clubes federados.
Junto a Germán Vicente Rodríguez y Alejandro Gómez Bruton participan en el proyecto Renacimiento o en alguno de los estudios citados, los investigadores del campus oscense José Antonio Casajús, Ángel Matute, Alex González Agüero y Jesús Montero (este último de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Deporte pero no adscrito a Genud) y la profesora del campus público de Zaragoza Alba Gómez.
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exelente información un cordial saludo desde Ecuador