
El pasado jueves, escuchándole en rueda de prensa no pude parar de darle vueltas a sus palabras acerca de su renovación. Por mucho que intento pensar no acabo de imaginar qué le detiene para dar el paso definitivo. Algo se me escapa y solo puedo imaginar que sea sentimental.
Y digo que ojala sea algo sentimental porque en lo deportivo no puedo imaginarle un sitio mejor. Aquí es respetado, la afición ha manifestado en multitud de ocasiones que quieren sea el timón de esta nave, la gente se siente segura, reconocen su enorme influencia en la situación actual y descansa tranquila al pensar que nuestro futuro está en buenas manos. Lo mejor de todo es que en el Club también piensan lo mismo.
Señor Anquela, en este tema estamos todos remando en la misma dirección, como tantas veces ha reclamado. Se lo ha ganado. El fútbol está siendo justo, nada menos y nada más. Pero permítame que le recuerde que si alguien merece terminar esta obra, es usted. No tenga miedo de fracasar, no dude un instante más. Si alguien tiene experiencia suficiente ese es usted, pero también le diré que, si alguien tiene crédito suficiente, es usted. Pero no hablo de crédito aquí, todos sabemos que el fútbol tiene la memoria muy corta, lo que hoy son alabanzas mañana se convierte en críticas, con la velocidad de una nave catapultada hacia el espacio. Me refiero a crédito en este difícil mundo de intereses y amiguismos. Usted sabe que no tendrá que marcharse a su casa, porque ofertas no le van a faltar, nunca le han faltado y ahora está de nuevo en un momento dulce. Lo sabe y lo sabemos.
Le mentiría si le dijera que no me dolería verle el año que viene en un equipo de mayor o menor entidad, aunque sea en nuestra misma categoría, pero le tengo el suficiente respeto y cariño hacia su fenomenal trabajo aquí, que hasta incluso lo entendería. Aún así creo que la historia de este Club merece que sea usted quien coja la pluma entre sus manos para ayudarnos a escribir la página más brillante, la más bonita, la mejor. El Club le quiere, sea aquí o en Primera, eso también es de valorar. Podrían esperar a ver en qué categoría estamos a finales de junio, sin embargo le entregan las llaves de la nave porque no conciben alguien mejor. La confianza se tarda mucho en ganar y usted, al menos de momento, la tiene toda en su zurrón, otros no pueden decir lo mismo. No mire lo que sucederá y si recuerde que lo logrado allí quedará, puede coger la puerta e irse, faltaría más, pero esos que sueña con hacerles felices le quieren aquí, por algo será.
El día que las cosas vengan mal dadas sabrán recordar y, si su salida es inevitable, se encargaran de que se marche como se merece. La historia allí está.
Señor Anquela, escuche a su corazón. Aquí tiene cariño, respeto y admiración. Pase lo que pase, decida lo que decida, sepa que ha entrado a la historia del Club por la puerta grande, aunque hay algo más importante: ha entrado en el corazón de cada uno de los aficionados por la vía de la emoción, por la vía de la honestidad, por su caminar de frente, por su trabajo y por su humilde representatividad. Usted es la proyección del Club en cada entrenamiento, cada rueda de prensa, cada análisis post partido y en eso ha sido ejemplar, meticuloso, duro cuando el momento lo pedía, amable y familiar. Seguramente -como aficionado le hablo- no imagino a nadie que me haya representado mejor. Es, posiblemente, una de las personas que con más acierto han representado el nombre de este pequeño Club, de esta pequeña ciudad.
Aquí está su segunda casa, esta es su ciudad. Decida lo que decida solo puedo decirle que muchas gracias, mucha suerte y que está siendo muy bonito soñar.
Sublime Antonio, creo que has sabido transmitir a la perfección el sentir mayoritario de la afición. Si Anquela lo lee, firma.
Muchas gracias Chabier. Un abrazo muy fuerte.