Jorge Arcas finalizó su participación en la Volta a la Comunitat Valenciana con buen sabor de boca tanto en lo personal como en lo colectivo. Sus próximos objetivos aún están por definir. La general de la ronda valenciana fue para Wouter Poels del Sky.
Tras su debut en la Challenge de Mallorca, la Volta a la Comunitat Valenciana suponía el estreno en una vuelta por etapas para el ciclista de Sabiñánigo. En total fueron cinco días de competición por tierras levantinas que sobretodo han servido para dejar sensaciones positivas en el serrablés, tal y como afirma cuando responde con un “encontrándome muy a gusto en el equipo”. Sin duda la adaptación de Arcas a la estructura del Movistar y a sus nuevos compañeros está siendo buena y rápida.
Como buen currante de la bicicleta cumple a diario con su doble cometido de gregario y neoprofesional, “trabajando para mis líderes y estando muy atento con ellos”. Esta vez tocaba servir a Ion Izagirre, Javi Moreno y Jesús Herrada, los tres Movistar que hicieron top 10 en Valencia, pero otras veces le tocará servir a Alejandro Valverde o a Nairo Quintana. Palabras mayores.
Lo que todavía está en el alero son saber cuales serán las próximas apariciones de Arcas en competición. El mundo del ciclismo se rige de forma diferente al resto de deportes. Grupos amplios, carreras que se solapan en un calendario cada vez más globalizado y círculos de confianza que se forman en torno a líderes que preparan las grandes vueltas. Nunca es fácil para un novato hacerse hueco en un mundo de héroes, por eso desconoce en que tierras tendrá de nuevo que hacer de escudero de sus jefes de filas. “En Murcia y Almería no creo”, responde cuando se le pregunta por su participación en las pruebas más inminentes del calendario nacional. Así que de momento toca volver a la soledad de los entrenamientos y esperar una nueva convocatoria cuanto antes para volver a demostrar que aquí hay ciclista para muchos años.
Volta a la Comunitat Valenciana
Tras siete años desaparecida del panorama ciclista, los hermanos Casero resucitaron a la ronda valenciana. Y la Volta valenciana ha vuelto con más vida que nunca. No dejaba de ser curioso que era una tierra acostumbrada a concentraciones invernales por lo suave de su invierno pero que estaba falta de competición.
Cinco etapas que empezaron con una crono individual en la que el holandés Wouter Poels (Sky) comenzó a marcar diferencias. En el segundo acto, con llegada en el tendido puerto de Fredes, victoria un tanto inesperada de un clasicómano como es Dan Martin, que se estrenaba con Etixx-Quick Step, pero donde Sky mantuvo el dominio con un Poels que ya avisó que venía a Valencia a ganar. La tercera jornada, más de transición que otra cosa, era la primera de las dos oportunidades que a priori iban a tener los velocistas. Finalmente en la meta de Alzira hubo sprint con sorpresa incluida, gracias a la victoria del holandés Groenewegen (Lotto-Jumbo) que se impuso por un tubular a un gran especialista como es Nacer Bohuanni, lo que viene a demostrar que nunca te puedes fiar si tienes un tulipán cerca de ti, llevan la velocidad en la sangre.
Y en estas llegó Xorret de Catí, el supuesto juez de la ronda valenciana. Empinadas rampas que llegan hasta el 22% y final de infarto con corto descenso incluido hasta meta que no dieron lugar a la sorpresa ya que un intratable Wouter Poels atacó de amarillo casi coronando la cima de Xorret de Catí para irse en solitario hasta la línea de meta y de esta forma dejar sentenciada a su favor una Volta con claro dominio del Sky.
El último día no tuvo mayor historia que la que escribió en los kilómetros finales por las calles de Valencia una bestia de los llanos llamada Stijn Vandenbergh. Este valiente Etixx-Quick Step representa todo lo que se espera de la escuela belga, uno de esos “locos” que deciden retar a todo un pelotón que se encamina a una llegada masiva, y que además de retar sale vencedor, con bolsa de plástico enganchada en su rueda trasera incluida.
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