Dani Osanz ha terminado séptimo en la Sierre Zinal. Así, a brochazo grueso parecería un resultado extraño del jacetano cuando uno está acostumbrado a leer que el de Adidas habita de manera natural en los puestos más nobles de la tabla tras cada carrera. Cuando se coge el pincel se ajusta más lo que significa ese puesto.
Vamos a ello. La Sierre Zinal es una de las citas más mediáticas del circuito mundial de las carreras por montaña. La Sierre Zinal consta de 32 kilómetros y 2.200 metros de desnivel positivo protegidos por cinco ‘cuatromiles’. En la nómina de corredores Kikian Jornet y con él un ramillete de los mejores de la especialidad. Una de esas carreras donde va la élite y a la que acudió Dani Osanz para aprender. Quería medirse con los mayores, ver cómo estaba tras el Mundial Juvenil, comprobar dónde se encuentra con los grandes.
Y la nómina de participantes ha sido tremenda. Entró en meta séptimo con una cara de satisfacción que lo resumía todo. Le esperaba la mascota de la prueba y tras cruzar la meta se fundió en un abrazo con Kilian. Casi nada. El genio de Sabadell ganó con un tiempo de 2h31m44s -su novena victoria en esta prueba-; la ¿promesa? jacetana paró el reloj en 2h35m30s. “Estoy en una nube. No me creo lo que he hecho hoy, que luchara por el pódium de la Sierre Zinal, que estuviera en el Top-5 hasta los últimos cinco kilómetros”, desliza Osanz.
Llegó a los Alpes suizos sin presión alguna. Lo hizo dos semanas después de ganar el Kilómetro Vertical del Mundial Juvenil, subcampeón en línea y oro con el equipo de España. Suiza era un premio. Y fue de menos a más. Sin saber la posición que ocupaba se encontró con Biel Rafols hacia el kilómetro 20 al que le preguntó en qué lugar se encontraba. “Me ha dicho que mirara hacia arriba y he visto a Kilian. Lo llevaba a 200/300 metros“, cuenta para sportaragon.com.
Un futuro médico y de pueblo
A partir de allí han aparecido calambres. con mucho que perder y poco que ganar ha metido un ritmo conservador, pero feliz. “He ido siempre con una sonrisa, la gente anima mucho y he ganado a corredores de talla mundial, muy tops. Cuando les he adelantado… Es que para mí era impensable”. Y luego saca el entrecomillado que agranda más las hechuras de un deportista colosal: “Estoy muy agradecido a mi familia y a mi entrenador que son quienes me han hecho llegar hasta aquí. Yo soy un chaval que estudia Medicina y estoy muy agradecido a lo que he conseguido”.
Se va de Suiza con intención de volver y de disfrutar. “Para un chaval de pueblo _acota Osanz_ esto era impensable, sigo en una nube y no me voy a volver loco. Creo que esta es la mejor temporada de mi vida. Sin duda”.