Sergi Enrich, el fichaje que nadie vio venir

ZARAGOZA | El Real Zaragoza anunció ayer la contratación de Sergi Enrich, que completará una delantera llena de referencias. El nueve balear siempre explicó su juego en el área, en el lugar de sus remates. Cordero preparaba una sorpresa en el día del estreno de la pretemporada, tras vencerle al Deportivo Aragón con goles de Azón, Sabin y Maikel Mesa.

En La Ciudad Deportiva, Raúl Sanllehí hablaba por teléfono, con un ojo puesto en el fichaje y otro en el partido que se jugaba. Cordero maquinaba entre bambalinas, con una sonrisa pícara, que ya se ha hecho célebre entre la afición del Zaragoza.

En el primer tiempo, los periodistas se fijaban en el avance perpetuo de Francho Serrano o en el estreno goleador de Maikel Mesa. Temían también por el tobillo de Iván Azón, que marcó para retirarse al poco rato. En la segunda mitad, las miradas se detuvieron en el pase con sentido de Marc Aguado, en la conducción elegante de Toni Moya y en el intento lejano de Sinan Bakis.

Pensaron por un instante que todas las noticias de la jornada habían acabado con el primer ensayo de pretemporada. Nadie reparó en que el jefe de comunicación le pedía al cámara que se diera más prisa que nunca por editar las declaraciones de Maikel Mesa. Cordero cocinaba en secreto el plato estrella del día, a través de un fichaje inesperado, con un jugador que siempre tuvo más goles que argumentos.

Los acontecimientos se desencadenaron con un mensaje que ya es habitual en este mercado. “Zaragocistas, ¿cómo va la tarde?”, anunció el twitter oficial del club. A ese avance le siguió un diálogo de Los Simpsons y una caja de sorpresas. Detrás de ella se escondía Sergi Enrich, cuyo fichaje se hizo oficial poco antes de las 22:00 h. El balear firma por los dos próximos cursos y completa la línea de nueves, que ocuparán tres delanteros. Su contratación asegura recursos en el área y opciones de remate para los partidos más complejos.

Alguien pensó desde la Ciudad Deportiva que la gran noticia del día podía ser el dorsal de James Igbekeme o que el primer tanto de Sabin Merino llegara en un partido de entrenamiento. Cordero sonreía en la distancia: había logrado contratar al delantero que buscaba sin que se pudieran anticipar sus planes. Sergi Enrich fue el fichaje que nadie vio venir.