El Real Zaragoza ha hecho oficial el traspaso de Sergio Bermejo al Gil Vicente portugués. El mediapunta, que llegó como una gran promesa en 2020, se despide tras cuatro años y medio marcados por la irregularidad.
Una trayectoria de altibajos
Sergio Bermejo, nacido en Madrid el 17 de agosto de 1997, deja el Real Zaragoza tras disputar 140 partidos, anotar 9 goles y repartir 11 asistencias. Su etapa en el club aragonés, que comenzó con ilusión y destellos de calidad, nunca alcanzó la consistencia necesaria para consolidarlo como uno de los pilares del equipo.
Desde su llegada, Bermejo destacó por su técnica y zurda prometedora, características que le llevaron a asumir el dorsal ’10’, reservado para los jugadores diferentes. Sin embargo, su fútbol nunca terminó de ser regular. Las lesiones y un rendimiento que parecía mejorar en los tramos finales de las temporadas, pero no durante el grueso de las mismas, marcaron su paso por La Romareda.
El principio del fin
En la última temporada, Bermejo jugó apenas ocho partidos, casi siempre entrando como suplente. El inicio de su declive se remonta a su cesión al Elche, que no resultó ser el trampolín esperado. Más tarde, un frustrado traspaso al Sporting de Gijón acabó por erosionar su ánimo y su protagonismo en el equipo.
A pesar de ser un jugador valorado por su calidad técnica, Bermejo fue perdiendo el favor de una afición que, cansada de promesas sin consolidar, busca certezas en su equipo. Aunque apreciado por los niños y las generaciones más jóvenes, nunca logró ganarse el corazón de una grada exigente que siempre pide más de sus ‘diez’.
Un nuevo capítulo en Gil Vicente
El destino del madrileño será el Gil Vicente, equipo de la Primeira Liga portuguesa que actualmente ocupa una posición cómoda en la tabla. En Portugal, Bermejo tendrá la oportunidad de encontrar la regularidad que le faltó en Zaragoza y redescubrir el fútbol que apuntó en sus primeros años como profesional.
El Real Zaragoza, por su parte, ha agradecido públicamente la profesionalidad del jugador durante su etapa en el club y le ha deseado suerte en esta nueva etapa.
Un adiós esperado
La marcha de Sergio Bermejo cierra un capítulo que parecía tener un desenlace escrito desde hace tiempo. Su salida deja un vacío simbólico en el Real Zaragoza, que busca construir un proyecto más estable y ambicioso. Para Bermejo, el cambio a Portugal representa una nueva oportunidad de demostrar su valía lejos de los fantasmas que le persiguieron en La Romareda.